Arabia Saudí rompe relaciones con Afganistán
El presidente estadounidense, George W. Bush, mostró ayer su satisfacción por la decisión de Arabia Saudí de romper sus relaciones diplomáticas con el régimen talibán de Afganistán, que deja a Pakistán como único país que apoya al Gobierno de Kabul. Sin embargo, Bush aseguró ayer, tras recibir el apoyo de Japón, que no pretende derrocar al régimen talibán sino sólo erradicar el terrorismo del suelo afgano. Mientras, la ONU prepara medidas de emergencia para atender la avalancha de refugiados afganos que entran en Pakistán.
Arabia Saudí, uno de los dos únicos países que reconocían al régimen talibán afgano, decidió ayer cortar sus relaciones diplomáticas con esta milicia que gobierna desde 1996 en Kabul, informó ayer la agencia oficial de noticias saudí SPA.
"El Gobierno de los talibán no ha atendido a los requerimientos de Arabia Saudí de que no encubra a terroristas y criminales", en alusión al disidente saudí, Osama Bin Laden, explicó el Ministerio saudí de Asuntos Exteriores en un comunicado. El documento puntualizó, sin embargo, que "el Gobierno saudí mantiene intacto su respaldo a la población afgana".
La decisión de Arabia Saudí deja sólo a Pakistán, después de que el pasado sábado Emiratos Árabes Unidos también cortara sus lazos con la milicia radical islámica que controla cerca del 90% de Afganistán.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, acogió ayer con satisfacción esta decisión de Arabia Saudí, que calificó de "inteligente".
Erradicar el terrorismo
Pero Bush fue más allá al explicar que no pretende derrocar al régimen talibán sino solamente erradicar el terrorismo del suelo afgano. El líder estadounidense hizo ayer estas declaraciones tras entrevistarse con el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, quien le presentó las propuestas niponas para ofrecer apoyo logístico a EE UU.
Koizumi ofreció a Bush un papel sin precedentes, aunque modesto, de las Fuerzas de Autodefensa de Japón que, según la Constitución de ese país, no pueden participar en conflictos ni alianzas militares. "Hay muchas formas de cooperar. Una es ofrecer ayuda financiera y medios diplomáticos; o también asistencia médica, ayuda a los refugiados y transporte de suministros", explicó el primer ministro japonés.
Bush siguió ayer recibiendo nuevos apoyos de Asia central para su coalición antiterrorista. Así el Estado de Kirguistán aceptó ayer la petición estadounidense de corredores aéreos para aviones que estén envueltos en operaciones en Afganistán. Igualmente, Turkmenistán, que tiene una franja corta de frontera con Afganistán, puso a disposición de EE UU sus corredores aéreos para vuelos humanitarios al área de la crisis.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, George Robertson, aseguró que Rusia desea implicarse "hasta el final" en la respuesta de la Alianza a los atentados terroristas contra EE UU.
Pero los máximos líderes de Alemania, Rusia y Egipto coincidieron ayer en que las medidas que adopte la coalición internacional que prepara Estados Unidos deberá incluir, como uno de los puntos principales, una política para solucionar el problema de Oriente Próximo.
Entretanto, la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (Acnur) prepara medidas de emergencia para atender la avalancha de refugiados afganos que entran estos días en Pakistán huyendo de un posible ataque. Acnur ha elaborado un plan de contingencia con el que tratará de atender a un millón de personas que se prevé que se sumen a los dos millones de desplazados ya instalados en Pakistán.