Deutsche, ABN Amro y Crédit Lyonnais reciben el golpe más duro de la crisis
La crisis desatada por el ataque a Estados Unidos no afectará por igual a la cuenta de resultados y al nivel de solvencia de los bancos europeos. Los más centrados en banca de inversión -como Deutsche Bank-, con mayores intereses en Estados Unidos -ABN Amro y Crédit Suisse- y los más expuestos al riesgo de crédito contraído con la industria aérea -Crédit Lyonnais- serán los más perjudicados. En BBVA y Santander Central Hispano pesará, sobre todo, su exposición a México.
La banca española está mejor posicionada que la europea para afrontar los efectos de la crisis provocada por los atentados. Es la opinión compartida por la mayoría de los bancos de inversión, analistas y agencias de calificación, que tratan de calibrar el impacto que tendrá el nuevo escenario en el sector financiero. Pese a que el castigo propinado por los mercados está siendo indiscriminado, no todos los bancos sufrirán por igual las consecuencias del desastre sobre los resultados.
En principio, los que antes y con mayor virulencia notarán los efectos son los más centrados en el negocio de banca de inversión, los que cuentan con mayores intereses en el mercado de Estados Unidos y los que tienen un peso mayor de los sectores más tocados por la crisis, como el de transporte aéreo, en su cartera crediticia. æpermil;sta es una situación en la que no se encuentran BBVA y Santander Central Hispano (SCH). Los españoles, con un predominio del negocio minorista, cuentan, además, con un diferencial de crecimiento económico que juega a su favor. Para SCH y BBVA, la gravedad de la situación radica, sobre todo, en su fuerte exposición a Latinoamérica, sobre todo a México. Este mercado es mucho más dependiente que otros emergentes al ciclo estadounidense. Según Morgan Stanley, México, Canadá y Asia son las tres regiones que más sufrirán una posible recesión en EE UU. Pues bien, en torno al 40% del beneficio del BBVA procedente de Latinoamérica llega de México; en el caso del SCH, en torno al 30%.
Aun así, ninguna de las dos entidades ha modificado sus previsiones de beneficios en esa zona. BBVA acaba de anunciar, incluso, su intención de afianzarse en Bancomer, con la compra de otro 16% que le dará hasta el 65%.
En cuanto al riesgo asumido con los sectores más afectados, como el del transporte aéreo, es casi "irrelevante", y en ninguno de los dos llega al 1%, según distintos analistas. Donde sí notará BBVA la crisis de las compañías aéreas es en la drástica depreciación de su cartera industrial, de la que forma parte un 7% de Iberia.
Los bancos europeos, en general, exhiben una cartera de crédito muy diversificada por sectores, por lo que su exposición a la industria aérea, seguros o el turismo, no es muy grande. En todo caso, las diferencias son notables. Analistas de Crédit Suisse, ABN Amro y Eurosafei, coinciden en que los más perjudicados serán Crédit Lyonnais, ABN Amro y BNP Paribas, tanto por el volumen de crédito contraído con las empresas del sector como por su impacto en el ratio de solvencia.
El consumo de recursos básicos por el riesgo asumido con la industria aérea llega al 28% en el caso del Crédit, al 19% en ABN Amro y al 12% para BNP Paribas. En el resto está por debajo del 9%. En cuan-to a intereses directos en el mercado estadounidense, apenas llegan al 2,4% en el caso del BBVA y al 1,8% en el de Santander Central Hispano, según ABN Amro, frente al 23% de bancos como Socié-té Générale, el 20% en Deutsche, o el 26% de Crédit Suisse. Hay que recordar que el Deutsche compró en 1999 el Bankers Trust, del que depen-de el 40% de sus ingresos en banca de inversión.
Capitalización
Los principales bancos europeos se han dejado en esta crisis gran parte de su capitalización. BBVA valía el día antes del atentado 41.194 millones de euros (6,85 billones de pesetas); al finalizar la semana pasada, poco más de 30.360 millones de euros (5 billones de pesetas). El Santander valía 6,9 billones, y ahora, 5,25 billones de pesetas. Deutsche Bank, 6,7 billones y ahora 5 billones; y BNP, 7,4 billones, y ahora, 5,5 billones.