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Afganistán cierra su espacio aéreo y blinda su frontera con Pakistán

La tensión creció ayer de forma alarmante en la frontera entre Afganistán y Pakistán. El régimen talibán decretó ayer el cierre de su espacio aéreo y amenazó con derribar a cualquier avión que lo viole, desplazando gran cantidad de armamento a la frontera. Por otra parte, la delegación diplomática paquistaní desplazada a Afganistán para persuadir al líder del régimen talibán, el mullah Mohammad Omar, de que entregue a Osama Bin Laden, sólo obtuvo el compromiso de que un comité de clérigos afganos decidirá la suerte del disidente saudí.

Colin Powell, secretario de Estado estadounidense, aseguró ayer que "todas las pistas" en la investigación de los atentados de la semana pasada apuntan al disidente saudí Osama Bin Laden, que vive refugiado en Afganistán. Durante una nueva visita al dañado Pentágono, George Bush advirtió al régimen talibán, que controla el 90% de Afganistán, que tomara "en serio" su petición de que entregaran a Bin Laden. El presidente de EE UU fue ayer incluso más allá y declaró: "Quiero justicia. Hay un viejo lema del Oeste que dice: Se busca, vivo o muerto".

Pero, como toda respuesta a la misión paquistaní, el mullah Mohammad Omar anunció que la suerte de su protegido la decidirá un comité de 20 prominentes clérigos afganos, según el comunicado que difundió Radio Shariat. El comunicado afirmaba también que se había transmitido a la delegación paquistaní que se tratará de "evitar un ataque estadounidense".

No hay información sobre algún plazo impuesto al Gobierno talibán, pero un funcionario paquistaní afirmó que se advirtió al Gobierno de que, si no entregan a Bin Laden, se exponen al ataque de las tropas estadounidenses el próximo fin de semana. El ministro paquistaní de Asuntos Exteriores, Abdul Sattar, informó a Reuters que "no existe un ultimátum", pero que "el tiempo se agotaba" para el Gobierno integrista afgano.

Para demostrar que la gran mayoría de los musulmanes se desmarcan de las actuaciones terroristas, la máxima autoridad religiosa del Islam sunita, el jeque Mohamed Sayer Tataui, afirmó ayer en El Cairo: "Nosotros tenemos que estar al lado de los que están contra la agresión, ya sea Estados Unidos o cualquier otro. Estamos en contra de la muerte de inocentes".

Derecho a defenderse

Tantaul destacó que después de estos atentados, el país "tiene derecho a defenderse de los agresores", aunque pidió calma antes de responder a los atentados. No obstante, se mostró partidario de que si se demuestra que un país sirve de refugio a los autores de estos hechos, "también debería ser castigado".

El hecho es que el régimen talibán ha desplegado sus fuerzas de la milicia integrista islámica, que protegen especialmente las cercanías del paso fronterizo de Khyber, así como armas a lo largo de los 1.400 kilómetros de su frontera con Pakistán, según fuentes militares en la capital paquistaní. Dichas armas incluyen misiles rusos tipo scud, que tienen un alcance de 300 kilómetros. La frontera con la Comunidad de Estados Independientes (CEI) también está siendo protegida por cerca de 25.000 soldados rusos. La oposición al régimen talibán, concentrada en el nordeste del país, aseguró hoy que la milicia afgana extremista se preparaba también para atacar sus posiciones tras la muerte de su líder militar, Ahmad Sha Masud.

Ante la previsión de un ataque inminente, un gran número de personas está huyendo de Kandahar, la principal ciudad del sur de Afganistán y cuartel general de los talibán, así como de Kabul y Jalalabad, la ciudad más importante del este, según la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (Acnur). Se dirigen a Pakistán e Irán. La agencia humanitaria denunció que la situación de millones de afganos es "crítica", tras la salida del país de las organizaciones humanitarias.

Por su parte, Pakistán decidió hoy el cierre casi total de su frontera con Afganistán, al suspender la entrada en el país vecino de todo lo que no sean alimentos, informaron fuentes oficiales. El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, ha ordenado el estado de alerta al Ejército.

El cierre fronterizo es una de las solicitudes que el Gobierno estadounidense realizó al paquistaní para que colaborase con Wash-ington ante un posible ataque a Afganistán.

Otras de las peticiones eran usar el espacio aéreo paquistaní por los aviones de guerra estadounidense y compartir con la Casa Blanca la información que sus servicios secretos tuvieran sobre el paradero de Bin Laden o sobre el emplazamiento de sus campos de entrenamiento.

 

La guerrilla chechena mata a dos generales rusos

La guerrilla separatista chechena lanzó ayer su mayor ofensiva en muchos meses. Dos generales y ocho coroneles rusos murieron cuando el helicóptero en el que viajaban fue derribado por los guerrilleros. Al mismo tiempo, los rebeldes atacaron simultáneamente cuatro ciudades de la región, incluidas la capital, Grozni, y la segunda ciudad en importancia, Gudermés.

Las autoridades rusas minimizaron la importancia de los ataques a las ciudades. El presidente Vladimir Putin ni siquiera ha variado su programa de vacaciones y permanece en el balneario de Sochi, en el mar Negro. Sin embargo, la oficina de propaganda de los rebeldes afirmó que los ataques a las ciudades han causado más de 25 víctimas entre los soldados rusos. El gabinete del presidente secesionista, Aslán Masjadov, aseguró que "Gudermés está prácticamente en poder los destacamentos armados chechenos".

El propio Ministerio de Interior checheno, leal a Moscú, reconoció que en las operaciones de asalto habrían participado unos 800 rebeldes.

Respecto al helicóptero abatido, el Gobierno de Moscú también lo negó en un primer momento, aunque luego terminó aceptándolo. Los generales abatidos eran el subjefe del Departamento de Operaciones del Ministerio de Defensa y el representante del Departamento de Personal de la misma cartera. Además murieron ocho coroneles del Estado Mayor y los tres tripulantes del helicóptero MI-8, que fue abatido con un cohete tierra-aire.

Acusaciones terroristas

Moscú se ha esforzado en resaltar desde el primer momento la conexión entre la guerrilla chechena y el terrorista saudí Osama Bin Laden, al que las autoridades estadounidenses acusan de ser el cerebro de los atentados suicidas contra las Torres Gemelas y el Pentágono.

El Servicio Federal de Seguridad ruso (el antiguo KGB) aportó ayer más fundamentos a sus acusaciones contra la guerrilla chechena, que es de confesión islámica. El servicio reveló que había interceptado un disco compacto con planos de Boeing 737 y manuales para pilotos, en lo que los servicios de seguridad quieren presentar como otra supuesta relación de los rebeldes separatistas chechenos con los atentados en Estados Unidos.

Rusia ha ofrecido desde el primer momento su total colaboración a la Administración del presidente estadounidense, George Bush, para combatir "el terrorismo internacional". No obstante, Rusia se opone a una intervención armada a gran escala sobre Afganistán, a la que ya ha anunciado que no aportará sus efectivos.

El máximo responsable del Ejército ruso en Chechenia, Valeri Baranov, afirmó que la ofensiva chechena responde a su interés de marcar la agenda de la reunión de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Pero la opinión pública rusa cree que el Gobierno quiere vincular a los chechenos con Bin Laden para obtener carta blanca y actuar contra la guerrilla.

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