El sureste asiático teme los efectos del potencial exportador chino
Los países del sureste asiático empiezan a evaluar las posibilidades del ingreso de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y expresan su temor a la capacidad exportadora de China, que puede poner en riesgo unas economías que aún se recuperan de la crisis de 1997 y 1998.
La entrada de China en la Organización Mundial de Comercio supone un gran desafío para los 10 países que integran Asean (Asociación de Naciones del Sureste Asiático), fundada en 1967 y formada por Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malaisia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Vietnam.
Todos ellos tienen miedo de lo que se avecina con el aumento de la competitividad en el gigante del norte y empiezan a tomar iniciativas coincidentes entre los distintos Gobiernos. A falta de cerrar algunas negociaciones, el ingreso de China en la OMC está previsto para principios de 2002, a más tardar.
Una de ellas son las giras que efectúan por la región sus primeros ministros. En cinco días (del 23 al 27 de agosto) se suceden en Singapur, gran centro comercial de la región, la visita del primer ministro de Tailandia, Thaksin Shinawatra, y las presidentas de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, e Indonesia, Megawati Sukarnoputri. Con la llegada el próximo 10 de septiembre del primer ministro de Malaisia, Mahathir Mohamad, se habrá reunido el llamado Asean 5, integrado por los países más desarrollados del grupo.
Segunda crisis
Diversos analistas predicen ya una segunda crisis financiera más fuerte que la de 1997 por la emergencia de la potencia productora y exportadora china, a semejanza de lo sucedido cuando en el siglo XX surgió Estados Unidos como potencia económica. Pero otros, como Jusuf Wanandi, del Centro para Estudios Internacionales y Estratégicos de Indonesia, ven en esa amenaza y en la eventual recuperación de Japón y Corea del Sur la presión que Asean necesita para unirse frente a una causa común.
"La respuesta a la amenaza china, mejorando nuestra competitividad, será crucial para inyectar confianza en nosotros mismos y en la región", asegura un analista malaisio.
Al resumir la situación que atraviesa la zona (que apostó por los componentes electrónicos muy demandados en EE UU, Japón y la Unión Europea para su recuperación tras la crisis financiera de 1997 y 1998), el viceprimer ministro singapurense, Tony Tan, destacó que se superará con el movimiento pendular del ciclo electrónico. Pero los más pesimistas destacan que dicho sector será el último en recuperarse por el gran exceso de capacidad acumulado durante años de expansión.
Los malos augurios de la recesión planean sobre una región que, sin haber saneado su alto endeudamiento, pasó a depender excesivamente de las exportaciones electrónicas. Algunos, como Singapur, ya han reconocido el retroceso (8.000 empleos perdidos en el primer semestre) y otros, como Malaisia, han escapado de momento de la crisis al crecer un 1% en el segundo trimestre, debido al paquete fiscal introducido en marzo y al aumento del consumo. Las débiles perspectivas generales de crecimiento del PIB en el 2001 reflejan los nubarrones negros que amenazan la región.
Atractivo inversor
El Gobierno singapurense destacó la importancia de intercambiar ideas sobre "los serios desafíos que afronta Asean mientras se prepara la cumbre de finales de año en Brunei. Es urgente restablecer el atractivo regional como destino de la inversión exterior", insistió.
Su primer ministro, Goh Chok Tong, acordó con su colega tailandés impulsar la puesta en práctica del acuerdo de libre comercio. Goh y Tahksin estuvieron de acuerdo en que el esfuerzo de acelerar el proceso de liberalización comercial en la región y fortalecer Asean "será de beneficio mutuo de nuestras empresas y pueblos". Es lo que denominan "una inyección de dinamismo" como paso previo al proyecto del gran área de libre comercio e inversión para toda la región del Asia-Pacífico en el año 2020. æpermil;ste incluye a los 21 países de la región y cuenta con el respaldo de EE UU.