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Wall Street teme que la desaceleración en EE UU sea más profunda de lo previsto

Wall Street tendrá el viernes una pista más sobre el estado de la economía. Pero hasta que los mercados no conozcan ese día el dato de crecimiento del segundo trimestre, los ánimos de los inversores estarán cada vez más mermados. El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, insistió ayer que el proceso de desaceleración económica no ha terminado y las Bolsas sufrieron un nuevo retroceso.

Los analistas y estrategas de las firmas de Wall Street han agotado ya todas las letras del abecedario a la hora de pronosticar el comportamiento de la economía estadounidense. Aunque, ahora, el pesimismo empieza a predominar. Los resultados empresariales no mejoran (ayer hubo otra tanda con Lucent, Amazon y AT&T a la cabeza) y los analistas consideran que el dato del PIB del segundo trimestre será el más bajo de los últimos seis años.

Según las encuestas realizadas entre las firmas de análisis estadounidenses, la economía estadounidense creció en el segundo trimestre a un ritmo del 0,9%, dos décimas menos que en el primer trimestre del año pasado y el dato más bajo desde junio de 1995.

Greenspan reiteró ayer su objetivo de que el PIB de Estados Unidos alcance el 2% para todo 2000. No obstante, si hace una semana esta cifra era vista como un objetivo más o menos factible, cada vez son más en Wall Street los que opinan que ése será el techo del crecimiento para este año.

Con estos ánimos y con la seguridad de que a Greenspan no le ha temblado la mano para recortar los tipos de interés, una bajada de tipos el próximo 21 de agosto se da prácticamente por hecha. El posible abaratamiento del precio del dinero en agosto es visto como la última oportunidad que tiene la Bolsa, y en especial el sector tecnológico, para dibujar un cambio de tendencia en lo que resta de ejercicio. El problema es que este recorte de tipos genera cada vez menos entusiasmo.

"Hace tan sólo una semanas muchos analistas hablaban de un repunte del 4% en el PIB del cuarto trimestre. Ahora estos mismos analistas esperan un tasa de crecimiento del 2%. Este tipo de expectativas, tan cambiantes, no parecen ser la base desde la cual vaya a emerger un mercado alcista", aseguraba recientemente el estratega jefe de Salomon Smith Barney, Tobias Levkovich.

Richard Bernstein, de Merrill Lynch, tradicionalmente uno de los estrategas más optimistas de Wall Street, también ha modificado el tono de sus previsiones. "Creemos que cada vez es menos probable que la economía estadounidense dibuje una tendencia de V o U", aseguraba este experto en un informe.

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