La UE y Asia coinciden en defender el Pacto de Kioto y el diálogo entre las dos Coreas
Tras dos días de encuentros, los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea y de 10 países asiáticos concluyeron ayer en Pekín la III Reunión Asia-Europa (ASEM, por sus siglas en inglés), en la que establecieron como prioridades la defensa del Protocolo de Kioto para reducir las emisiones contaminantes del medio ambiente y la necesidad de potenciar la reconciliación y la cooperación entre Corea del Norte y del Sur.
Estas líneas de trabajo establecen claras diferencias respecto a la política exterior del nuevo presidente de Estados Unidos, George Bush, que, frente a lo defendido por su predecesor Bill Clinton, ha rechazado el Protocolo de Kioto y ha decidido no implicarse en el diálogo entre las dos Coreas.
El comunicado final de la reunión urge a las dos Coreas a celebrar con prontitud un segundo encuentro, con el fin de retomar las conversaciones que tuvieron lugar hace casi un año desde el histórico encuentro entre el líder de Corea del Norte, Kim Jong-il, y el presidente surcoreano, Kim Dae-Jung.
Además refleja la preocupación común de los 26 ministros participantes en la reunión sobre el unilateralismo de Washington en lo relativo al cambio climático y sus planes sobre un sistema de defensa antimisiles.
En concreto, los jefes de la diplomacia apelan a la necesidad de que toda la comunidad internacional contribuya a solucionar el problema del calentamiento del planeta, del que Estados Unidos es el principal responsable. Además subrayan la importancia de mantener un equilibrio estratégico mundial que refuerce la estabilidad mundial y regional y contra la proliferación de armas de destrucción masiva.
El presidente chino, Jiang Zemin, buscaba en esta reunión establecer verdaderas líneas de cooperación entre Asia y Europa que dieran lugar a un nuevo equilibrio mundial. De esta forma, el papel preponderante de Estados Unidos como primera potencia mundial se diluiría.
Sin embargo, la UE ha dejado bien claro en esta reunión que, pese a sus diferencias patentes con la nueva Administración de Bush, no piensa establecer una línea de confrontación con Estados Unidos. De hecho, la UE mantiene discrepancias entre sus Estados miembros sobre el sistema antimisiles que les impide defender una postura común frente a la propuesta estadounidense.
En el plano económico, los ministros se comprometieron a intensificar sus esfuerzos para lanzar una nueva ronda de negociaciones comerciales en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Esta nueva ofensiva multilateral deberá contar con una "agenda amplia y equilibrada" que no sólo facilite un mayor flujo de mercancías, sino que también "tenga en cuenta los intereses y necesidades de los países menos desarrollados", según recoge la declaración final.
Las principales divergencias surgieron respecto a los derechos humanos, cuya violación en muchos países asiáticos suscita recelos en la UE. No obstante acordaron crear un mecanismo de consulta para combatir el crimen internacional, el tráfico de mujeres y niños, y el control de flujos migratorios.