Los laboratorios europeos, en el punto de mira de nuevas fusiones
Las empresas farmacéuticas europeas como Bayer, Roche, Boehringer y Sanofi-Synthelabo están en el punto de mira de los grandes grupos del sector para protagonizar una segunda oleada de fusiones. Por el momento, los gigantes fusionados en los dos últimos años Pfizer, GlaxoSmithkline, Aventis, AstraZeneca y Pharmacia están en plena fase de reordenación. Sin embargo, Novartis ya ha movido ficha con la compra del 20% de Roche.
La reciente venta de la división farmacéutica de Basf a la multinacional estadounidenses Abbot, por un montante de 1,2 billones de pesetas (7.800 millones de euros), ha sido la última reordenación realizada en el sector, y todo un símbolo. Representa un ejemplo más de la pérdida de peso de las compañías europeas a nivel mundial. Las corporaciones norteamericanas tomaron la iniciativa en biotecnología y en gestión a principios de la década de los noventa. Por su parte, las compañías europeas han optado por fusionarse entre sí para defenderse de este liderazgo estadounidense y de su mayor tamaño.
La primera en hacerlo fue Novartis, en 1996, y después siguieron Aventis (manteniendo la moda de los nombres con raíz latina), Sanofi-Synthelabo, AstraZeneca y la más reciente de GlaxoSmithkline. Sin embargo, la absorción realizada en 2000 de Warner Lambert por parte de Pfizer ha situado el liderazgo del sector en manos estadounidenses. Con todo, Pfizer sólo concentra una cuota de mercado del 7% a escala mundial.
Ahora, todas estas empresas están ajustando sus planes de crecimiento y reduciendo costes de producción, tareas que pueden durar dos años. Por lo tanto, parecía que el sector entraba este año en una nueva etapa de tranquilidad, pero la compra del 20% de Roche por parte de Novartis ha reactivado el proceso de concentraciones. Novartis ha superado los primeros ejercicios después de la fusión entre Sandoz y Ciba, y sigue pensando en aumentar su tamaño. La entrada en el capital de Roche se ha calificado como una inversión financiera a largo plazo, pero con esta operación Novartis se ha convertido en el segundo accionista de Roche. Otro de los rumores existentes en el sector es el futuro de la división farmacéutica de Bayer. El gigante alemán es el único que mantiene este negocio, tras la citada venta de Laboratorios Knoll de Basf a Abbot y la anterior fusión de Hoechst y Rhone Poulenc, formando Aventis.
Independencia
Bayer ha anunciado recientemente su voluntad de mantener el grupo cohesionado, actitud que se ha interpretado como una defensa ante posibles ofertas de compra hostiles. A distancia, Boehringer Ingelheim es otra de las compañías alemanas que pretende mantener su independencia. Su vecina Boehringer Manheim sucumbió hace dos años a la oferta de compra de Roche. También en el otro lado del Atlántico se reestructura el sector. La división farmacéutica de la norteamericana Du Pont también está en venta hace meses.
La alternativa a las grandes fusiones son los acuerdos puntuales de investigación, especialmente en biotecnología. Este tipo de alianzas pueden desembocar en la adquisición de una pequeña empresa que desarrolla un principio activo de un medicamento con el apoyo financiero del grupo farmacéutico. Otra posibilidad para compartir los costes de investigación son los acuerdos comerciales, como el que tiene Novartis con Bristol Myers.
El umbral para mantener un buen ritmo de investigación pasa por destinar alrededor del 10% de las ventas. En este sentido, el porcentaje que destina AstraZeneca es el 16%, mientras que el de Glaxo es el 14%.