Un activo y humilde comprador
Chris Gent, consejero delegado de Vodafone, ha creado en cuatro años la mayor empresa de telefonía móvil del mundo y la cuarta por volumen de facturación. La clave del éxito, comprar y comprar.
Anadie le extraña que el pasado año Chris Gent, primer ejecutivo de Vodafone, cerrara la compra de la estadounidense AirTouch por 60.000 millones de dólares (11,1 billones de pesetas al cambio actual) a través de su teléfono móvil durante un partido de criquet en Australia.
El consejero delegado de Vodafone es un apasionado del deporte nacional del Reino Unido y sigue al equipo inglés por todo el mundo, una actividad que de momento ha podido compaginar con su trabajo de dirigir la mayor empresa de Europa y la cuarta del mundo, detrás de Cisco, Microsoft y General Electric. En poco más de cuatro años ha creado la primera empresa de telefonía móvil del mundo. Los rivales no han podido frenar su expansión. Las últimas operaciones se han hecho a costa de la crisis de un histórico competidor, BT, al que ha comprado sus participaciones en la española Airtel y las japonesa Japan Telecom.
A pesar de su extraordinaria trayectoria profesional en los cuatro años que lleva al frente de Vodafone, en muchos aspectos Gent personifica al humilde empresario inglés: acude todas las mañanas a su discreto despacho en las afueras de Londres con traje de rayas y tirantes, y no le importa cambiar impresiones sobre la estrategia de la compañía "hasta con la señora de la limpieza", según confiesa el mismo Gent. "Muchas veces los empleados le paran en la calle principal de Newbury (la sede de Vodafone) para preguntarle por la marcha del negocio", señaló un colaborador.
Gent, de 52 años, huye de los periodistas cuando le preguntan por su vida personal. En su currículo oficial sólo aparecen los datos correspondientes a su historial profesional. Su carrera empezó con el banco NatWest el año que terminó su bachillerato. De allí pasó a ocupar un cargo de directivo en la empresa de ordenadores ICL. A finales de los años setenta fue presidente de las Juventudes Conservadoras y durante un tiempo jugaba con la idea de dedicarse a la política. De hecho, sigue siendo colaborador y amigo íntimo del antiguo primer ministro conservador, John Major. Pero en 1985 Gent fue nombrado director gerente de Vodafone, que en sus orígenes y antes de su salida a Bolsa en 1988 operaba con el nombre de Racal Telecom.
¿Cómo ha podido Gent, en el espacio de cuatro años, convertir a Vodafone en un líder mundial con cerca de 50 millones de clientes en todo el mundo?
"Gent tiene un sentido impecable del timing", dijo Arun Sarin, el antiguo consejero delegado de AirTouch.
"Es el maestro del arte de consenso", afirmó Scott Mead, un banquero de Goldman Sachs. "No quiere decir que regale nada, sino que sabe identificar el momento preciso de cerrar una operación".
Nada más aterrizar en Vodafone, Gent se dio cuenta de las limitaciones del mercado doméstico y se lanzó a la carrera de la expansión internacional.
Impulsada por esta estrategia agresiva, entre 1997 y el año pasado, la capitalización bursátil de Vodafone se disparó desde apenas 2,4 billones hasta casi 30 billones de pesetas.
La primera gran conquista de Gent fue una OPA por 60.000 millones de dólares sobre la operadora EE UU AirTouch, con sede en San Francisco, una operación que le proporcionó a Vodafone unos nueve millones de nuevos abonados. Poco después selló una alianza con Bell Atlantic, el rival de AirTouch, convirtiendo a Vodafone en el líder del mercado EE UU, con 21 millones de clientes y una red que cubre el 90% del territorio del país.
Gent recuerda que en 1998 había propuesto a Sam Ginn, presidente de AirTouch, una fusión entre iguales. "En seguida me di cuenta que existían problemas de índole cultural, un eufemismo que en realidad significa un conflicto sobre quién va a mandar en la empresa", dijo Gent. "Así que me retiré del campo de batalla para estudiar la situación". La absorción de AirTouch representa un ejemplo clásico de la estrategia de Gent que, según sus colaboradores, consiste en estudiar la situación, iniciar un acercamiento, retirarse y volver a atacar.
El golpe estrella de la carrera de Gent hasta ahora fue sin duda la oferta de Vodafone por el gigante alemán Mannesmann, la primera OPA hostil que se llevó a cabo con éxito en el mercado alemán y que en su día fue también la mayor del mundo, valorada en 113.000 millones de libras, 29 billones de pesetas.
La compra de Mannesmann ha permitido a Vodafone captar otros 26 millones de abonados en Europa. También puso de manifiesto la dureza de Gent en la negociación. No dio un solo paso atrás a pesar de que en Alemania se llegó incluso a manejar la posibilidad de establecer una normativa que impidiera las compras hostiles. Según cuenta uno de sus colaboradores, tras sellar el acuerdo de compra, cuando Gent se enteró de que Vodafone se había convertido en la cuarta compañía del mundo, su reacción fue de "auténtica sorpresa".
Este año Gent ha vuelto su mirada hacia el mercado latinoamericano, donde ha comprado a la mexicana Grupo Peralta su participación del 34,5% en Iusacell, la segunda operadora de móviles del país. Las últimas operaciones -la adquisición a BT de sus participaciones minoritarias en Japan Telecom y Airtel- son otro ejemplo de las ambiciones globales de Gent.
Ahora el liderazgo es exponencial, cuenta con 83 millones de clientes, repartidos en 28 países de todo el mundo. La crisis que afecta a las compañías de móviles no parece haber tocado, de momento, a Vodafone, que sigue tirando de chequera cada vez que quiere cerrar una operación. No hay que olvidar que es la deuda de BT la que ha hecho tambalearse al antiguo monopolio británico.