Los rangos, cada vez más estrechos

La maquinaria estadística no se detiene. Inversores, operadores, analistas y participantes en el mercado en general siguen con detenimiento la amplia gama de cifras, sentimientos, encuestas y proyecciones que se divulgan en el mundo. Cifras y mercados, una vez más, viven vidas separadas. Los errores son de bulto. El olfato de los mercados no es, precisamente, bueno.

La sorpresa saltó ya al cierre de la semana pasada, cuando se conoció el crecimiento del 2% del PIB de Estados Unidos en el primer trimestre. El consenso del mercado daba un crecimiento, como mucho, del 1%, y existían apuestas sobre una evolución negativa. En los últimos días la evolución ha sido similar. La recesión, pese a las advertencias del Libro Beige de la Reserva Federal, está cada vez más lejos. Hoy, con todo, nueva rúbrica de la mano de la publicación de los datos de empleo.

En la zona euro, las cosas se complican cuando toca apostar, como reiteran los de siempre, por un recorte de los tipos de interés. La M3 registró en marzo un comportamiento más dinámico de lo previsto, hasta llegar al 5% desde el 4,7% del mes anterior y frente al 4,5% previsto por el consenso del mercado. En opinión de los especialistas, esta evolución representa un obstáculo más en contra de un próximo recorte de los tipos de interés.

El cuadro expuesto finaliza, en tiempo real, con una avalancha de resultados empresariales, tanto en Estados Unidos como en Europa, que son mejores de lo previsto, porque la reiteración de advertencias negativas ya había dado todo lo que tenía que dar de pesimismo añadido.

Las Bolsas, en esta secuencia, vuelven a mostrar rangos de fluctuación muy estrechos. Timidez extrema a la hora de apostar por la ruptura del nivel técnico y psicológico de los 10.000 puntos, pero serias reticencias a deshacer posiciones por debajo de los 9.000 puntos. Esta situación puede prolongarse en el tiempo.