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Los planes de expansión europea del BSCH y el BBVA tropiezan en Italia

Italia se ha convertido en una piedra difícil de esquivar en la expansión europea de los dos grandes bancos españoles. Allí han tropezado con Unicredito y BNL, en el caso del BBVA, y con Sanpaolo-IMI, en el del BSCH. Por si esto fuera poco, los dos bancos también han tenido algunas dificultades con socios alemanes y franceses. Los últimos intentos han fracasado, pero las acciones que poseen en bancos europeos siguen teniendo un buen valor, no sólo estratégico, sino también financiero: estas acciones aportan plusvalías por 850.000 millones de pesetas.

Los dos mayores bancos españoles, BSCH y BBVA, han tropezado en sus últimos intentos de ampliar su presencia en distintos países de Europa. La ruptura el pasado lunes del BSCH con su socio italiano Sanpaolo-IMI es la guinda a una serie de operaciones que no han sido tan espectaculares como se preveía.

Sin embargo, los dos grandes aún pueden hacer valer su presencia estratégica como primeros accionistas en algunos bancos europeos, como es el caso del BBVA en Banca Nazionale del Lavoro (BNL) o del BSCH en Royal Bank of Scotland. Ambos pueden sacarle provecho a sus participaciones, sobre todo en Italia, donde el baile de alianzas sólo acaba de empezar. No es probable que por ahora vendan sus participaciones. Además, los dos bancos españoles pueden obtener cuantiosas plusvalías con la venta de sus participaciones, cifradas actualmente en 850.000 millones (5.100 millones de euros).

El BSCH es el que ha acumulado más tropiezos en el último año. Fracasó su intento de ampliación en Commerzbank, cuarto banco alemán. A finales de 2000, la entidad española proyectó subir de un 5% a un 10% esta presencia, y ofreció a cambio su filial CCBank. Pero el precio y el acuerdo del Commerz con Generali -que blindó al banco frente a OPA hostiles- dio al traste con la operación. BSCH y Commerzbank mantienen alianzas de mínimos en el negocio de pymes.

Cuando el BSCH suscribió a principios de 2000 su alianza con el francés Société Générale, se previó que en el plazo de un año se ampliara al 7% el 6% que posee el banco español. Sin embargo, esta ampliación aún no se ha hecho efectiva. Tampoco han llegado a buen puerto otros proyectos, que incluían el cruce de consejeros. Este pacto, no obstante, sí ha dado resultados: SG cedió al BSCH su negocio latinoamericano y el español hizo lo propio con sus oficinas asiáticas. Esta participación sigue siendo valiosa para el BSCH, ya que les ofrece una buena posición de salida cuando se presenten oportunidades de compra.

La situación en Italia es parecida, aunque con matices. El BSCH no mantenía proyectos conjuntos destacados con Sanpaolo-IMI, el segundo banco italiano. Esta asociación quebró el pasado lunes.

Sin embargo, en este caso, tampoco parece probable que el BSCH desee desprenderse de su participación, ya que las entidades esperan que el Banco de Italia rebaje sus reticencias hacia las fusiones bancarias transfronterizas. El único aliado que le ha dado alegrías constantes ha sido el británico Royal Bank of Scotland. Su alianza, que se remonta a 1988, ha sido muy útil, sobre todo para las compras: ambos bancos se prestaron ayuda cuando RBoS adquirió Natwest y cuando el BSCH compró Banespa.

Las incursiones del BBVA en Europa han sido menores que las de su rival y poco satisfactorias en general. Italia se le ha resistido más que ningún otro mercado. Allí ha intentado una fusión con Unicredito, el tercer banco, -desde julio de 1999 a abril de 2000-, operación que se encontró con el obstáculo del Banco de Italia. La entidad española también intentó ampliar en octubre su presencia más allá del 9,93% que posee en BNL, quinto banco del país. Pero el Gobierno italiano lo impidió, incluso después de escuchar los argumentos del presidente Aznar.

En Francia, adquirió el 3,8% del Crédit Lyonnais, el cuarto banco galo, durante su privatización. Ha pasado de ser el segundo accionista en diciembre de 1999 a ser ahora el quinto. El único fruto visible han sido acuerdos de colaboración, como en el negocio de asesoramiento de fusiones y adquisiciones. Aunque queda abierta la puerta a futuros avances en el escenario financiero francés, siempre de difícil entrada.

En el Reino Unido, el BBVA quiso iniciar su expansión con Internet para extenderse luego a otros países, como Alemania. En marzo del año pasado firmó un acuerdo para unir su banco en la Red, Uno-e, con el británico First-e. Se rompió hace una semana. La ruptura deja un impacto de 8.000 millones en los resultados del BBVA, que tendrá que empezar de nuevo su búsqueda de aliados en este país.

El último movimiento ha sido en Portugal, donde el BBVA tiene una presencia considerable. Allí comprará el 100% de la filial de Crédit Lyonnais.

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