Tres meses de lucha de los desheredados de las 'telecos'
Los trabajadores de Sintel llevan ya 90 días acampados en el paseo de la Castellana de Madrid. Algo más optimistas, esperan ser convocados por el Gobierno a una mesa de negociación.
Resistencia es la palabra clave para mantener el ánimo entre la plantilla de Sintel, acampada desde hace tres meses en el paseo de la Castellana de Madrid.
"Resistiremos hasta el final y no levantaremos el campamento hasta que se cumpla el mandato unánime de los parlamentarios al Gobierno para que éste impulse una mesa de negociación entre las partes afectadas para dar salida pactada al conflicto", dice Valeriano Aragonés, presidente del comité de Sintel en Madrid.
La plantilla, que vive en la calle desde hace 90 días y que no ha cobrado las siete últimas nóminas, habla de "la primera luz en esta oscura situación". Los 1.800 trabajadores mantienen su pulso con el Gobierno para que convoque cuanto antes los encuentros anunciados por el Ministerio de Trabajo la semana pasada entre Juan Carlos Aparicio, ministro de Trabajo, y Cándido Méndez, de UGT, y José María Fidalgo, de CC OO, para hablar de una posible solución.
Los empleados de Sintel afectados por la crisis están también a la espera de que el el Ministerio de Trabajo pilote esa mesa de negociación en la que se incluyan todas las partes, incluso Telefónica y representantes de Trabajo y Ciencia y Tecnología.
"Estamos preparados para ser convocados y hablar del pago de las siete nóminas pendientes, la retirada del expediente que Trabajo aprobó recientemente y que afecta de forma inminente a 796 trabajadores de los 1.800 que tiene la empresa. También confiamos en que se diseñe un plan industrial y que se pueda encontrar una salida negociada y no traumática para los trabajadores", dicen los portavoces de la plantilla.
A pesar del apoyo manifestado por partidos como Izquierda Unida y PSOE y otras organizaciones sindicales, el Gobierno, de momento, sólo ha dado buenas palabras, pero no el paso definitivo: sentar ante una mesa a las partes afectadas: trabajadores, empresas y buscar así una salida que implique a Telefónica, antigua propietaria y principal cliente de Sintel.
20.000 millones
La compañía de suministros telefónicos está pendiente de otras muchas decisiones. Con un déficit de 20.000 millones de pesetas, según recoge el informe de los interventores judiciales, está a la espera de lo que dictamine el Juzgado nº 42 de Madrid sobre su situación de insolvencia. En otro frente se encuentra la Fiscalía Anticorrupción, que investiga la venta de la compañía al estadounidense de origen cubano Jorge Mas Canosa por parte de Telefónica en 1996 y la posterior gestión tras haber recibido denuncias "por irregularidades".
Con este panorama, los trabajadores, que están consiguiendo mantenerse gracias a los créditos blandos que han conseguido de cajas de ahorro con el aval de diversas comunidades autónomas, se preparan para el Primero de Mayo. El sindicato CC OO les ha elegido como símbolo de la lucha sindical y el viernes presentó en el campamento de los trabajadores su imagen para el Día del Trabajo.
Además, los trabajadores tienen previstos varios actos de protesta en distintas comunidades autónomas y una gran manifestación que tendrá lugar en Madrid el próximo 10 de mayo.
La mujeres de los trabajadores siguen también su protesta particular y llevan más de dos meses encerradas en la catedral de la Almudena, de Madrid.
Mientras pasan los meses, la situación financiera de Sintel se agrava, pues lleva sin operar desde el mes de junio. Ahora el futuro de la empresa está en manos de políticos y jueces, por lo que las espadas siguen en alto a la espera de una solución.