El FMI apremia a Indonesia para que acelere las reformas
Hoy culmina en Yakarta la reunión de dos días del Grupo Consultivo de Ayuda a Indonesia (que integra los países donantes e instituciones multilaterales y privadas prestatarias), durante la que se exigirá al superministro de Economía, Rizal Ramli, el avance en las prometidas reformas. La lentitud con la que se están llevando a cabo ha impedido hasta ahora la entrega de los créditos acordados a este país en octubre.
La presión del Grupo, en el que participa también Anoop Singh, vicedirector para el Asia Pacífico del Fondo Monetario Internacional (FMI), se suma a la que ejerce el propio Fondo, que paralelamente mantiene consultas hasta el 25 de abril para decidir si desbloquea 400 millones de dólares. Dicho importe representa el tercer plazo del paquete de ayuda de 5.000 millones de dólares acordado en enero de 2000 y aplazado hace cinco meses.
De estas conversaciones se filtró la exigencia conjunta del FMI y el Banco Mundial (BM), que suspendió a principios de abril la entrega de 300 millones de dólares para aliviar la pobreza, de que se reduzcan las subvenciones a los combustibles del petróleo (Indonesia produce 1,3 millones de barriles diarios) y se reconduzca el déficit presupuestario (4.500 millones de dólares) al 3,7% del PIB acordado en diciembre, frente al 5% o 6% previsto por el Gobierno.
El FMI y el BM tratan de asegurarse de que Yakarta está dispuesta a poner en práctica las reformas, a pesar de contar con el precedente de que protestas contra una medida similar precipitaron la caída del anterior presidente, Suharto. Mientras que el Gobierno teme el impacto potencial en los más pobres, el director para Indonesia del BM, Mark Baird, destacó en un seminario de negocios que "muy poco de las subvenciones va a los pobres. Se benefician la clase media con automóvil y los contrabandistas que revenden fuera".
De momento, el Gobierno ha preparado a la opinión pública ante un eventual fracaso de las conversaciones y el portavoz presidencial, Wimar Witolear, llegó a afirmar que se preparan fondos alternativos. "Indonesia necesita fondos y, si no pueden proporcionárselos, es muy lógico que mire a otras partes", corroboró el ministro de Asuntos Exteriores, Alwi Shibah.
A la incertidumbre económica hay que sumar la inestabilidad política creada por un segundo voto de censura contra el presidente Abduhrraman Wahid (Gus Dur) previsto para el 30 de abril, que ha erosionado la confianza en los mercados y ha provocado una depreciación de la rupia a un cambio cercano a las 12.000 unidades por dólar, sobre el que también ha influido el aumento del déficit presupuestario.
Inestabilidad política
Sin muestras de debilidad, Wahid advirtió a empresarios, analistas y diplomáticos que un nuevo voto de censura por su papel en los escándalos Bruneigate y Bulogate es erróneo, innecesario y contraproducente y puede originar la revuelta popular. Se espera que 400.000 seguidores participarán en una plegaria común en el estadio de Bung Karno antes de la cita del Parlamento.
Según los analistas, este segundo voto de censura puede prosperar, porque lo respalda la mayoría de los partidos. De ser así, Wahid estaría más cerca de un proceso, tal vez en agosto, cuando se reúna la Asamblea Legislativa Nacional.
El presidente del Parlamento, Akbar Tanjug, afirmó ayer, lunes, que la única oposición será la del pequeño partido presidencial, el del Despertar Nacional, (PKB), que solamente cuenta con el 10% de los escaños.