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EDP exige tener poderes ejecutivos en Cantábrico

La empresa portuguesa EDP, con el apoyo de Cajastur, exigirá cargos ejecutivos en la dirección de Cantábrico. El grupo que preside Francisco Sánchez quiere materializar su plan industrial, aunque éste tenga que ser consensuado con Ferroatlántica. Ahora se han abierto negociaciones entre los bancos de negocio para la constitución del nuevo consejo de la empresa asturiana, en el que se producirán nume-rosas salidas.

Electricidade de Portugal (EDP) quiere tomar el peso suficiente en la dirección de Cantábrico para poder materializar el plan industrial contenido en el folleto de oferta pública de adquisición (OPA) que lanzó con Cajastur sobre la empresa asturiana. Y, aunque será uno de los temas que ambas entidades negociarán con Ferroatlántica, el grupo luso precisará igualmente de representantes ejecutivos en la compañía.

En principio, el primer pa-so lo dio Ferroatlántica con el apoyo de Energie Baden-Wüttemberg, con la suge-rencia de que Juan Miguel Villar Mir fuese el nuevo presidente de Cantábrico. Esa proposición podría ser aceptada, siempre que se correspondiese con cargos como una vicepresidencia ejecutiva. Sin embargo, todavía se-rán precisas complejas negociaciones.

Ahora se inicia una ronda de conversaciones entre los bancos de negocios Roths-child, que representa a Cajastur; Morgan Stanley, a EDP, y JP Morgan, a Ferroatlántica, para la formación del nuevo consejo, en el que se producirán de forma inminente varias salidas. Se trata, entre otros, de los consejeros que optaron por vender en las OPA de EDP-Cajastur y Ferroatlántica-EnBW: Carceller, Masaveu, Cosmen, Alvargonzález, así como el grupo estadounidense TXU. También el presidente de la compañía, âscar Fanjul, quien optó por la enajenación de su participación, pero permanecerá en el consejo Pedro de Silva, que no acudió a las ofertas. Se mantendrán, asimismo, en él los cuatro representantes de Cajastur.

Va a ser, por tanto, una profunda remodelación del órgano de gobierno, que podría no solventarse antes de esta junta, que se prevé celebrar en la segunda quincena de mayo, y en la que sí se producirán las vacantes.

Y es que, además de la necesidad de un pacto entre los actuales accionistas de la empresa, existe una significativa incertidumbre ante la posición que tome el Gobierno español por la presencia de capital público, especialmente en EnBW, en donde Electricité de France (EdF) tiene un 25% del capital, con opción a llegar al 34%. El vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, volvió a advertir anteayer que examinará con precisión las características de esa compañía. La OPA de Ferroatlántica y EnBW fue notificada ayer a la CE.

En esta junta tampoco se estima posible que se pacte una remodelación de los estatutos de la empresa asturiana, que limitan al 10% los derechos políticos de cada accionista, con independencia de su participación en el capital. Fuentes consultadas señalan que no se prevé un levantamiento de este blindaje en una etapa en la que casi todas las grandes empresas mantienen barreras protectoras. Sí se podrá estudiar una remodelación, pero requiere profundas negociaciones.

La actual situación da ventajas a Cajastur y EDP, pese a que tienen un 35% del capital, frente a Ferroatlántica y EnBW, que casi alcanzaron un 60% en su OPA. La entidad financiera que preside Manuel Menéndez y el grupo luso tienen capacidad de representación por un 25% (un 10% de Cajastur, un 5% de Caser y otro 10% a través de la sociedad mixta que lanzó la OPA y adquirió la participación de TXU). Por el contrario, y hasta que no se modifiquen los estatutos (para lo que se requiere el apoyo del 7% del capital representado en la junta), Ferroatlántica sólo tiene capacidad de voto por un 10%.

Para EDP, su entrada en Cantábrico es una apuesta básica en su objetivo de crecimiento en el exterior, dada su posición geográfica y la existencia real de un mercado único en la península Ibérica que, por otro lado, sigue configurada como una isla eléctrica. En esta línea se rechaza la posibilidad de vender la participación adquirida a Ferroatlántica.

El interés de Enel

Por su parte, el consejero delegado del grupo italiano Enel, Franco Tato, ratificó ayer su interés por entrar en el mercado eléctrico español. Enel tenía muy avanzadas negociaciones con Endesa para la adquisición de activos provenientes de su fusión, posteriormente fallida, con Iberdrola.

Ahora ha revisado su táctica para desembarcar en España y prefiere la vía de la adquisición, según añadió Tato, quien, por el contrario, rechazó las alianzas. En una reu-nión con analistas, subrayó que veía "oportunidades de inversión en España en los meses venideros".

Endesa es, además, una de las empresas con posibilidades para comprar los activos que Enel ha puesto en el mercado con la creación de Elettrogen, que cuenta con 5.418 megavatios de potencia. El líder eléctrico español sacará próximamente a la venta activos de generación y distribución.

 

La alemana RWE tantea ahora a Fenosa e Iberdrola

RWE no va a renunciar a entrar en el mercado español pese a la frustrada operación de control de Hidrocantábrico realizada por la vía de una oferta pública de acciones (OPA). La compañía energética alemana, según fuentes del sector, ha puesto el punto de mira en Unión Fenosa y ha reactivado su interés por estar en el capital de Iberdrola. Esta política, forzada por su fracaso en la compra de la compañía hidroeléctrica asturiana, le puede llevar a realizar movimientos de acercamiento hacia el Banco Santander Central Hispano (BSCH), accionista de referencia en Unión Fenosa, y al BBVA y la BBK, titulares de importantes paquetes de control en la compañía eléctrica vasca presidida por Íñigo de Oriol.

RWE sabe que su entrada en España debe pasar por la vía del pacto y olvidarse de operaciones hostiles de las que no debe guardar un buen recuerdo.

De esta manera parece dispuesta a realizar un segundo intento para asentar sus reales en España. Otra empresa de su país como Eon ya ha mostrado tímidamente sus intenciones por estar en el capital de Iberdrola, aunque todavía no ha realizado ningún movimiento táctico en esa línea.

Fenosa vende la sede

Por otra parte, Unión Fenosa ha vendido a Inmobiliaria Colonial el edificio de oficinas en el que tiene su sede en Madrid, situado en el número 53 de la calle Capitán Haya, con una superficie sobre rasante de alrededor de 25.000 metros cuadrados. El inmueble cuenta también con aparcamiento subterráneo. La compañía eléctrica se trasladará a un edificio en el distrito de Chamartín.

El importe de la operación ha ascendido a 13.500 millones de pesetas, 500 millones por debajo del precio de salida de este edificio. La inmobiliaria de La Caixa viene mostrándose como uno de los inversores más activos del mercado de oficinas.

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