Las telefónicas se rebelan contra la regulación de Bruselas
Los adjudicatarios de licencias de telefonía móvil de tercera generación de toda Europa se rebelaron ayer contra las propuestas de regulación del sector que discutía en Luxemburgo el Consejo de Ministros de Telecomunicaciones de la UE. Las operadoras rechazan la aplicación de las normas de competencia de modo exhaustivo a un mercado que consideran en proceso de maduración.
Querido ministro", encabezaban los consejeros delegados de Telefónica Móviles, Luis Lada, y de Amena Retevisión, Belarmino García, una carta entregada ayer al titular de Industria y Comunicación de Suecia (que preside la UE este semestre), Björn Rosengren. Ahí acababan las palabras amables en una misiva compartida con otras 22 operadoras de móvil de tercera generación para "expresar la seria preocupación acerca de las propuestas de regulación de los mercados de telecomunicaciones que ocupan la agenda del Consejo [de Ministros]".
Sobre la mesa de los titulares de Telecomunicaciones (por España asistió el secretario de Estado, Baudilio Tomé) se encontraba la propuesta del comisario de Competencia, Mario Monti, de extender a todo el sector (incluidas las nuevas tecnologías aparecidas o por aparecer en el mercado) las normas sobre competencia comunitarias.
La nueva norma, incluida en la propuesta de directiva marco de regulación del sector sobre la que ayer se discutió en Luxemburgo, otorga a las autoridades reguladoras nacionales o comunitarias la facultad de imponer condiciones de precio y mercado a toda empresa con una cuota de mercado mayor al 40%. En la actualidad, en tecnologías como telefonía móvil o transmisión de datos por cable se toleran en Europa cuotas de mercado superiores al 60% por estimar que no ha habido posibilidad aún de que se incorporen nuevos competidores.
Pero de acuerdo con Monti, "cuotas de mercado que excedan el 50% son en sí mismas, salvo contadas excepciones, evidencia de que existe posición de dominio". El comisario demanda un criterio objetivo y común en toda la Unión Europea para calibrar en qué momento "una empresa puede aumentar los precios (...) sin arriesgarse a una pérdida significativa de ventas o ingresos".
Vodafone, Orange, KPN Mobile, Telecom Italia Mobile, BT Cellnet... y hasta 24 sociedades agrupadas en la Asociación Europea de Operadoras criticaron ayer duramente este planteamiento, que puede "someter al sector a una excesiva legislación exante, como serían los controles de precios".
Fuentes de la Asociación advertían, de modo más evidente que velado, que esta norma amenaza la estrategia del sector. "Para continuar invirtiendo necesitamos un compromiso de que los reguladores se mantendrán alejados del sector".
El Consejo finalmente aceptó en parte la sugerencia de la industria e introdujo eximentes que suavizan el rigor deseado por Monti. Pero mantuvieron el espíritu de la propuesta de la Comisión, al definir la posición de dominio y el dominio colectivo en el sector.
Los Quince también comenzaron a admitir que las operadoras de móvil deberán compartir las infraestructuras. "Parece una solución razonable", señalaba el secretario de Estado francés, Christian Pierret.
Su homólogo español, Baudilio Tomé, destacaba la peculiaridad del caso español, donde "desde nuestro punto de vista, es parte de la oferta de las operadoras" tanto desplegar una red de cobertura suficiente como prestar servicios desde el 1 de agosto.
El Consejo acordó los textos sobre interconexión y autorización de nuevos operadores.