EE UU provoca una confrontación con Rusia al expulsar a 50 diplomáticos
Estados Unidos desató ayer una dura confrontación con Rusia al ordenar la salida de 50 diplomáticos sospechosos de espionaje. El ministro ruso de Exteriores, Igor Ivanov, respondió que pagarían con la misma moneda, exigiendo la expulsión de medio centenar de diplomáticos estadounidenses.
En un movimiento que recordó a la Guerra Fría, que durante muchos años dirigió las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética, Washington dio ayer un plazo de 10 días para que cuatro diplomáticos rusos salieran del país norteamericano. Las supuestas relaciones con Robert Hanssen, el agente del FBI arrestado en febrero acusado de espiar para la Unión Soviética durante 15 años, fue el argumento que esgrimió el Gobierno estadounidense al anunciar la medida.
Además, otros 46 diplomáticos rusos deberán abandonar el país antes del próximo 1 de julio.
La respuesta rusa corrió a cargo del ministro de Exteriores, Igor Ivanov. Según Reuters, Ivanov dijo a las cadenas de televisión NBC y CNN que "tomarían las medidas adecuadas", y a la pregunta de si expulsarían al mismo número de diplomáticos estadounidenses, contestó que "sí". Además, criticó duramente la actuación del presidente de EE UU, George Bush, por "volver a la Guerra Fría". "Es una acción de quienes no quieren un diálogo constructivo entre los países para devolvernos al pasado y a la confrontación", dijo Ivanov.
Desde Washington, Bush defendió al iniciativa y aseguró que ambos países podían continuar sus relaciones a pesar de las expulsiones, aunque Ivanov calificó el acto de "extremadamente enemistoso".
El Gobierno de EE UU ha argumentado que desde el fin de la Guerra Fría y hasta 1993 el número de diplomáticos en EE UU había ido reduciéndose, pero que a partir de esa fecha iba aumentando. "No creemos que un alto nivel de presencia de la inteligencia rusa sea beneficioso", dijeron.
Bush confirma así lo que ha mantenido desde que llegó a la presidencia en enero y que deja las relaciones con el Kremlin en un segundo plano.
La de ayer es la expulsión mayor anunciada desde la Operación Famish, en la que el entonces presidente, Ronald Reagan, ordenó la salida del país de 80 diplomáticos rusos.
Putin hace balance
Toda esta vorágine se produce justo al cumplirse el primer año de mandato de Vladimir Putin como presidente de Rusia. En una entrevista publicada simultáneamente por cuatro diarios rusos, Putin valora que su gestión ha supuesto el fortalecimiento del Estado y reclamó para su país el lugar en el mundo que su potencial le concede "por derecho", según informa Efe.
Mientras la oposición y la prensa más crítica consideran que este año ha supuesto un retorno a políticas del pasado, con una concentración de poder en el Kremlin, Putin sostiene que "sobre la base del fortalecimiento del Estado, hemos dado un paso en el camino de la consolidación de la sociedad" y puso como ejemplo el crecimiento económico de 2000, que superó el 7%.
Las perspectivas para los próximos años son, sin embargo, bastante negativas, a lo que hay que sumar una creciente degradación social. Enfrentado a un 40% de economía sumergida, con fugas de capital y un sistema bancario obsoleto, el remedio de Putin es impulsar la industria militar, único sector boyante junto al energético. El líder ruso elogió la venta de armas, "por lo que aporta al presupuesto", y animó al Gobierno a ampliar la presencia rusa en los mercados internacionales de armamento. Precisamente, éste es uno de los aspectos que le enfrentan a la nueva Administración estadounidense, por lo que implica de rearmar a países, a su juicio, hostiles.