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La mayor plataforma petrolera del mundo desaparece bajo el agua

No pudo ser. Tras cinco días de esfuerzos por evitarlo, la P-36, la plataforma petrolera marítima de la brasileña Petrobras que era la mayor del mundo, se hundió ayer en el océano. Las tres explosiones que se registraron en su estructura el pasado jueves y que acabaron con la vida de 10 operarios dejaron a la P-36 severamente dañada y un fuerte oleaje fue suficiente para hacerla desaparecer en cuestión de minutos bajo las aguas. Los cuerpos de nueve de los trabajadores fallecidos se hundieron con ella.

Las escenas de dolor protagonizadas por familiares de las víctimas se unieron a las muestras de impotencia de los operarios que han trabajado a contrarreloj en el rescate de la P-36. Sin embargo, la labor de éstos no ha acabado, puesto que ahora se tiene que evitar que se derramen en el mar 1,5 millones de litros de petróleo y combustible diesel desde los tubos y almacenes de la base. Cinco embarcaciones de recogida de petróleo y un equipo de 100 personas tratan de evitar el vertido.

La plataforma estaba situada a 125 kilómetros del litoral de Río de Janeiro, pero los ecologistas consideran que el vertido no producirá un gran desastre al no alcanzar las zonas más protegidas.

El presidente de Petrobras, Henri Philipe Reichstul, ha sido convocado por el Senado de Brasil para explicar lo ocurrido y, según algunos parlamentarios, su situación es "muy difícil". La plataforma producía el 5% del petróleo brasileño. Ayer las acciones de Petrobras cayeron un 5,3%.

La petrolera tiene un currículo largo de desastres ambientales que se ha multiplicado en los últimos meses. En julio de 2000 derramó cuatro millones de litros de crudo en el río Iguazú, en enero de 2001 murieron dos obreros en una plataforma de gas y en febrero se vertieron 50.000 litros de diesel en el Paraná.

Pero éste de ayer no fue el único hundimiento. Un barco con bandera maltesa y 8.000 toneladas de ácido sulfúrico potencialmente explosivo desaparecieron ayer en las aguas del golfo de Vizcaya, a 209 kilómetros de A Coruña y 480 kilómetros de Francia.

Las informaciones sobre el accidente, del que fueron rescatados con vida los 23 tripulantes del barco, eran ayer contradictorias. Traschimar, la empresa armadora, dijo que éste se produjo por las malas condiciones atmosféricas que desde Francia se describieron como "las normales en esta época".

Traschimar señaló que el ácido se disolvería en el agua sin causar problemas medio-ambientales, y mientras Ra-dio Nacional de España señalaba que había una nube tóxica, las autoridades francesas aseguraban que no se detectaba contaminación.

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