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INTERNACIONAL

La productividad de EE UU creció un 2,4% a pesar de la fuerte desaceleración

La productividad de EE UU creció un 2,4% en el cuarto trimestre de 2000, un dato que los expertos consideran bastante aceptable para una economía que se afirma puede estar en recesión. Sin embargo, los costes laborales repuntaron un 4,1%, la mayor subida desde la primavera de 1999.

Las empresas estadounidenses han reaccionado de inmediato a la desaceleración económica, recortando sus plantillas e intentando sacar el máximo provecho a los avances tecnológicos incorporados durante los últimos años. Una reacción que permitió al país aumentar el índice de productividad otro 2,4% en el último trimestre de 2000, a pesar de la fuerte desaceleración registrada en el ritmo de crecimiento económico.

El dato queda a años luz del aumento del 6,1% registrado durante el segundo trimestre del año. Además, se trata del menor aumento desde el primer trimestre del año pasado. Pero superó las previsiones de los expertos (que oscilaban entre el 1,7% y el 2%) y resulta bastante aceptable para una economía que está en pleno aterrizaje brusco (el PIB creció sólo un 1,4% durante el último trimestre de 2000, el menor ritmo en 5 años).

Además, el aumento de productividad para todo el año 2000 quedó en el 4,3%, el mejor desde el 4,5% registrado en 1983.

Los costes laborales unitarios, vigilados muy de cerca por el banquero central Alan Greenspan, aumentaron sólo un 0,7% anual, la subida más modesta desde el año 1996. Las tablas publicadas ayer por el Departamento de Trabajo confirman que la economía norteamericana es capaz de seguir aumentando la productividad de sus trabajadores incluso en un periodo de fuerte desaceleración económica.

Sin embargo, también incluyen un repunte importante en las compensaciones laborales durante el último trimestre de 2000 que puede ser visto con preocupación por los gobernadores de la Reserva Federal.

Los costes laborales unitarios subieron un 4,1%, frente al 3,2% anterior. Se trata del mayor aumento desde la primavera de 1999 y superó ampliamente lo previsto por la mayoría de los economistas.

Además, las compensaciones medias por hora (que incluyen salarios, complementos y beneficios sociales como el seguro médico) crecieron un 6,6%, la mayor subida desde el primer trimestre del año 1992.

Estos indicadores se suman a unos datos de empleo para el mes de enero que resultaron mucho más robustos de lo previsto. Aunque la tasa de paro subió del 4% al 4,2%, la economía estadounidense generó 268.000 nuevos puestos de trabajo, el triple de lo que auguraban los economistas.

Bajadas de tipos

La Reserva Federal ha puesto en marcha una acelerada bajada de tipos de interés para reactivar el ritmo de crecimiento, y un aumento permanente de la productividad resulta clave para continuar con esta política.

Los tipos interbancarios han sido bajados en un punto porcentual durante el mes de enero, quedando en el 5,5%. Y la práctica totalidad de los analistas esperan nuevos recortes, que dejarían los interbancarios en torno al 5% a principios del verano.

Sin embargo, los últimos datos de empleo y productividad han acallado los rumores según los cuales el presidente de la Reserva Federal y su equipo volverían a abaratar el precio del dinero de inmediato, sin esperar a la reunión oficial prevista para el 20 de marzo.

 

O'Neill corteja a los banqueros de Wall Street

El secretario del Tesoro, Paul O'Neill, desayunó ayer con una treintena de banqueros de inversión y gestores de fondos de Wall Street, y aprovechó el encuentro para promover el plan de bajada de impuestos que será presentado hoy por el presidente George Bush.

A la reunión, celebrada en el lujoso hotel St. Regis de Manhattan, acudieron entre otros Sanford Weill, presidente de Citigroup, y Wayne Angel, ex gobernador de la Reserva Federal y economista jefe de la firma Bear Stearns & Co.

O'Neill dijo que las previsiones de superávit dan margen de maniobra suficiente para aplicar la rebaja impositiva propuesta por Bush. Un mensaje que también trasladó al conjunto de los ciudadanos durante un entrevista en el canal CNBC: "El plan del presidente utilizará 1,6 de los 5,6 billones de dólares de superávit previsto" en la próxima década.

Además defendió una "política de dólar fuerte" y volvió a referirse al banquero central Alan Greenspan como "mi viejo amigo".

O'Neill alabó la labor de Greenspan al frente de la Reserva Federal durante la última década y dijo que no tiene ninguna "duda de que (el banquero central) cree que está haciendo lo adecuado para asegurarse de que crecemos entre el 3% y el 4% sin inflación".

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