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Puigneró subcontrata su planta de cogeneración para reducir costes

Puigneró ha decidido subcontratar la gestión de su planta de cogeneración creando una sociedad segregada. Este es uno de los puntos de su plan de viabilidad preparado para reducir costes internos y superar la suspensión de pagos que presentó en noviembre.

Hilados y Tejidos Puigneró ha puesto en marcha su plan de reestructuración que establece el adelgazamiento de toda su estructura interna. La mayor empresa de hilados del país pretende superar la situación de suspensión de pagos en la que se encuentra desde noviembre pasado con una serie de medidas que buscan concentrarse en las líneas de producto más rentables. Uno de los puntos definidos de este plan ha sido la externalización de la planta de cogeneración que mantiene en la factoría central de Sant Bartomeu del Grau (Girona), según afirmaron fuentes cercanas a la empresa.

Puigneró creará una nueva sociedad a la que traspasará los activos de la planta, que tiene una potencia de 20 megavatios, y la plantilla que realiza su mantenimiento. La nueva sociedad prevé convertirse en una empresa de servicios que trabajará para terceros. Puigneró invirtió alrededor de 3.000 millones de pesetas para poner en marcha la central en 1995, coincidiendo con los mejores tiempos de este tipo de instalaciones para reducir el coste energético. Sin embargo, el aumento del precio del gas natural de los últimos meses y la progresiva caída de la retribución del precio de venta de la electricidad a la red han reducido los márgenes de esta clase de plantas.

Sociedades separadas

Por otra parte, la decisión que ahora ha tomado Puigneró ha sido común en la mayoría de empresas del sector, que desde un principio han formado sociedades separadas para gestionar las centrales. La compañía ha presentado un expediente para reducir su plantilla en 339 empleos (ver cuadro). Además busca reducir el impacto de las importaciones de hilados bajo precio de países asiáticos con el impulso de las gamas de productos con mayor valor añadido. La empresa ha optado por rebajar el empleo de sus tres centros fabriles ubicados en las localidades gerundenses de Sant Bartomeu del Grau, Roda de Ter y Prats de Lluçanés.

Paralelamente, la empresa pretende incorporar un socio tecnológico. El grupo mexicano Kautex negoció su entrada en el capital hace años. Sin embargo, Josep Puigneró Sargatal se opuso a esta posibilidad.

El empresario catalán fue el primero en ser encarcelado en España por delito ecológico debido a unos vertidos tóxicos. Sus tres hijos se han involucrado paulatinamente en los órganos de gobierno de la compañía, que ha fichado a Pere Puntí como director general.

Puntí es el encargado de reflotar la situación. Mientras, Puigneró ha conseguido un aval de 2.000 millones de pesetas del Instituto Catalán de Finanzas (ICF), organismo dependiente de la Administración autonómica.

 

La materia prima llega con cuentagotas

Mientras las negociaciones con los acreedores siguen su curso, en el día a día de la empresa se han empezado a detectar algunos problemas de abastecimiento de materia prima, especialmente para las máquinas de hilatura, según afirmaron las mismas fuentes.

Puigneró presentó un pasivo de 24.466 millones de pesetas en noviembre pasado, frente a un activo de 36.800 millones. Los principales acreedores son Hacienda y Seguridad Social, con un total de 20.700 millones. Los proveedores totalizan otros 3.700 millones. Los restantes 66 millones son deudas de los trabajadores, a los que se les ha pedido que congelen su salario durante dos años. Los empleados se han opuesto a esta última medida, y han pedido un plan de viabilidad que resuelva los problemas de fondo.

Puigneró protagonizó su primera suspensión de pagos en 1983, con parecidos problemas de estructura. Sin embargo, la empresa, que llegó a emplear a más de 2.000 trabajadores, se ha beneficiado de su singular situación en la geografía catalana y de las políticas de reequilibrio territorial emprendidas por la Generalitat.

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