DaimlerChrysler se instala en el ojo del huracán
Charles Schwab, el mayor intermediario bursátil a través de Internet del mundo, ha invitado a sus empleados a tomarse días libres, sin cobrar, durante los próximos dos meses, como medio para reducir costes. La medida podrá afectar a 13.000 trabajadores de los 26.000 con que cuenta la empresa.
Día atípico en la sede de DaimlerChrysler (DC). En contra del acostumbrado "no hay comentarios" o "ni confirmamos ni desmentimos", los portavoces del fabricante de coches germano-estadounidense salieron al paso de dos informaciones de las últimas 24 horas. Y es que las malas noticias se acumulan y añaden leña al fuego de una empresa que rees-tructura su filial americana, con despidos y cierres de fábricas, y que ha perdido más de la mitad de su valor en Bolsa desde 1998 cuando protagonizó su sonada fusión.
La primera de las negativas fue categórica y se refería a la intención de Jürgen Schrempp, presidente de la empresa, de reducir el nombre de ésta descolgando el de su filial americana. La posibilidad la apunta la prestigiosa revista de economía alemana Wirtschaftstswoche. Los portavoces de DC dijeron ayer que "carece de sentido".
Menos categóricos han estado a la hora de negar las informaciones de Reuters que indicaban que la empresa ha contratado a JP Morgan y Deutsche Bank para diseñar una estrategia destinada a defenderse de una OPA.
En una declaración enviada por fax, la empresa comenta que una potencial OPA "no es un tema que esté siendo tratado ni hay una estrategia para prevenirla". En la comunicación no se hace referencia a la contratación de estos bancos, uno de ellos accionista y el otro contratado hace apenas un mes para asesorarla frente a la denuncia que el financiero y accionista, Kirk Kerkorian, interpuso ante los tribunales contra DC.
Las declaraciones de Dieter Zetsche, presidente de Chrysler, a una cadena de televisión americana fueron vagas. "No tengo indicios de que haya acciones específicas en este sentido", dijo Zetsche, "pero cada compañía se debe proteger contra una acción potencial y debemos hacer lo mismo que el resto", señaló. Toyota, la única empresa con recursos para hacer una oferta, negó que lo considerara.
Lo cierto es que los títulos de DC siguen sin recuperarse. Ni siquiera después de que el lunes su filial americana diera a conocer un plan para salir de su crisis que incluía los cierres de seis fábricas y el despido de 26.000 empleados los inversores apoyaron a la compañía.Las acciones que descontaron a principios de año el plan de choque con ligeras subidas se han estancado en 47 y 48 dólares en las últimas sesiones, lejos de los 108 dólares de noviembre de 1998 tras su fusión.
La razón es que analistas e inversores recibieron con frialdad el programa de ajuste de Zetsche para Chrysler. La empresa no ha evaluado su coste pero los expertos han aproximado unas cifras que fluctúan en torno a los 2.000 y 3.000 millones de euros (332.772 y 499.158 millones de pesetas). Según Christian Breitsprecher, analista de Deutsche Bank, "no prevemos una vuelta rápida de Chrysler a los buenos márgenes. Será un proceso lento y doloroso que tomará años". En lo que coinciden los expertos es en que la mayoría de los costes del ajuste se producirán este año, pero no será antes de tres cuando comiencen a notarse.
Otros expertos creen que con este plan sólo se hace frente a un puntual problema de sobrecapacidad y que se aplica con mayor dureza en Suramérica y Canadá por que en EE UU el convenio con los sindicatos impide cierres de fábricas con la excepción de que ocurra "un acto divino, circunstancias catastróficas o una significativa caída de la economía". Los analistas dicen que la empresa volverá a reajustar su estructura tras este plan y que en realidad lo que necesita es una mayor flexibilidad de producción.