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El BIS refuerza las medidas para el control de riesgos en la banca

El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea hizo públicos ayer los requerimientos que se deben imponer a las entidades de crédito para calcular su riesgo crediticio y dotar provisiones suficientes para evitar bancarrotas. Según el nuevo texto, los bancos podrán presentar sus propios modelos de cálculo de riesgo.

El Comité, formado por los principales bancos centrales de los países industrializados (el de España se unirá a partir del 1 de febrero) basa en tres "pilares" fundamentales este nuevo marco para las provisiones para insolvencias.

El primero de ellos establece unos requisitos mínimos de capital para las entidades de crédito. Se mantiene el modelo estándar, por el que los bancos están obligados a tener unos recursos propios mínimos equivalentes al 8% de los riesgos crediticios contraídos. Pero ahora, además, Basilea permitirá que las entidades presenten sus modelos propios de evaluación de riesgos.

Para ello, las entidades deberán contar con la aprobación del organismo supervisor (el Banco de España en nuestro país). El banco central español ya ofrecía esta posibilidad en la circular sobre provisiones para insolvencias que entró en vigor el pasado 1 de julio. El nuevo texto del Comité establece que dependiendo del perfil de riesgo de cada banco se puedan aplicar los distintos modelos, o incluso aumentar el ratio de provisiones.

El segundo pilar establece que el supervisor ha de disponer de más información y control sobre el perfil de riesgo de los bancos. El documento hecho público ayer propone "procedimientos" para que los bancos centrales puedan asegurarse de que las entidades mantienen dotaciones adecuadas. "El proceso interno de control deberá ser sometido a evaluación, que decidirá la intervención donde sea apropiada", según el documento.

Los inversores deberán aprovecharse de los modelos de evaluación interna para conocer con más detalles el riesgo y la adecuación de capital de las entidades en las que invierten. El Comité de Basilea, decidió renovar el texto original de 1988 a raíz de la crisis financiera que tuvo lugar en Asia en 1998.

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