Los grandes del automóvil exhiben su crisis en Detroit
El pesimismo que se ha instalado en los pabellones del Salón del Automóvil de Detroit, junto a las novedades y los coches concepto, se ha trasladado a los mercados financieros. Goldman Sachs, el banco asesor de Daimler para la compra de Chrysler en 1998 y la entrada en Hyundai y Mitsubishi en 2000, ha rebajado por tercera vez en dos semanas las previsiones de beneficios de la empresa.
En una nota para inversores, los expertos de esta entidad bancaria aseguran que Chrysler perderá 1.200 millones de euros (casi 200.000 millones de pesetas) este año y las ganancias por acción se reducirán de 2,89 euros a 1,99.
Los automóviles expuestos en el pabellón de Chrysler, dominado por distintas versiones del PT Cruiser, el coche de mayor éxito de la compañía, y el nuevo Jeep Liberty no han hecho cambiar de idea a los analistas de Goldman, que consideran que Chrysler está amenazada por una línea vieja de productos, una fuerte ofensiva de compañías asiáticas y un mercado a la baja. Goldman cree que este año se venderán en Estados Unidos de 15,5 millones de vehículos a 16,3 millones, siempre y cuando el crecimiento de la economía sea del 2%.
La nota de Goldman convierte las previsiones en malos augurios, porque estas cifras están por debajo de los 16,5 millones de coches que calculan casi todos los fabricantes que venderán este año.
De momento, General Motors ya ha anunciado que reducirá un 21% su producción en Estados Unidos (mientras que la aumentará ligeramente en Europa y Asia). Según Ron Zarrella, presidente de GM en EE UU, de lo que se trata es de "reducir nuestros inventarios y no tener que optar por los incentivos y las rebajas para vender".
Si las compañías americanas mantienen este año la cuota de 2000, pero se venden menos coches, la producción será menor y los cierres temporales de fábricas, que empezaron a finales del año pasado para continuar durante enero, se mantendrán a lo largo del año. Además de los recortes de GM, Ford ya dijo que en el primer trimestre producirá un 17% menos y Chrysler, un 25,9% menos.
A pesar de estas cifras, tanto GM como Ford creen que volverán a recuperar el terreno perdido frente a europeos y asiáticos y abren una ventana al optimismo con la bajada de tipos de la Reserva Federal la semana pasada. En cualquier caso, Jack Nasser, presidente de Ford, dijo ayer que su compañía estaba preparada para capear el próximo temporal "si lo hubiera", porque ha reducido costes por valor de 6.000 millones de dólares (un billón de pesetas) en los últimos tres años y tiene un buen catálogo de productos.
De momento, Chrysler es la que más tendrá que apretarse el cinturón. Su presidente, el alemán Dieter Zetsche, dijo ayer que tras la reestructuración que se anunciará el 26 de febrero, la empresa será más pequeña, con menos productos y con menos empleados.
El mercado español
Sin embargo, sus previsiones para España son muy optimistas. "El año que viene se venderán en España 1,5 millones de unidades", dijo ayer Fernando D'Ornellas, presidente de Chrysler Jeep Iberia en el Salón de Detroit. A pesar de la caída del 1,8% de las ventas en 2000, un año para el que se preveían matriculaciones de 1,5 millones de coches, el directivo de la compañía americana es optimista y mantiene que el mercado crecerá un 2,7% .
D'Ornellas dijo que diciembre había sido un mal mes, sobre todo porque los clientes han preferido esperar para beneficiarse de estas ayudas y por la huelga de los camioneros autónomos de portacoches.
En este sentido, mostró su pesimismo ante una pronta solución del problema. Los coches no están llegando a los concesionarios y el problema, lejos de solucionarse se agrava día a día porque son ya ocho las semanas de huelga y ni siquiera hay interlocutores para llegar a acuerdos.
Las empresas de portacoches no tienen una patronal que las represente y el Ministerio de Fomento no parece dispuesto a jugar el papel de mediador.