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El tráfico aéreo vuelve a números récord

Las ganas de viajar tras la pandemia no las frenan ni el IPC ni la menor renta familiar

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Getty Images

La aviación comercial vive un momento casi dulce y los mejores pronósticos se están cumpliendo, después de los estragos a la movilidad causados por la pandemia y la subida de los costes de la energía tras la invasión rusa en Ucrania, en un sector que, a diferencia de otros, tiene muy poco margen para repercutir estas alzas sobre el precio del billete.

El escenario es el previsto. “Lo razonable, pese a las incertidumbres, es que en 2023 o a más tardar en 2024 íbamos a recuperar los tráficos prepandemia en España, y en lo que llevamos de año estamos incluso algo por encima, en torno a un 2%. De cara al verano, las previsiones de capacidad ya son mayores que con las que se operó en verano de 2019, por encima del 4%. Los indicadores señalan que, salvo sorpresas, alcanzaremos los niveles prepandemia. 2019 fue un año de récord histórico en España, con 275 millones de pasajeros”, relata Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).

Este año se espera batir el dato histórico de 275 millones de pasajeros logrado en 2019

Unas estimaciones que coinciden con las de la consultora Deloitte: los mercados domésticos europeos serán claves en la recuperación del sector aéreo en 2023 y 2024, ya que se estima que los trayectos cortos se reactiven con mayor velocidad que los largos.

La espiral inflacionista, la subida de los tipos de interés y el coste de la energía han provocado un recorte de la renta disponible en los hogares, pero “viajar se ha convertido en una prioridad. Tras la pandemia y todas las restricciones, la gente tiene ganas de moverse, a pesar de las incertidumbres y también del cambio de comportamiento: cada vez se reserva con menos antelación”, señala Gándara.

Los desafíos de la deuda, los combustibles verdes, el ETS y el impuesto al queroseno

En el sector aéreo se respira un “optimismo moderado”, reconoce Javier Gándara (ALA), teniendo en cuenta que la pandemia provocó el desplome del 80% del tráfico aéreo y de más del 60% en ingresos, así como el endeudamiento de las compañías. Las aerolíneas vuelven a tener beneficios en sus cuentas de resultados, pero no hay que olvidar que la mayoría de las empresas “han tenido que endeudarse mucho para afrontar la crisis. No han sido rescatadas a fondo perdido. Los préstamos hay que devolverlos, con su principal e intereses correspondientes”, recuerda el presidente de ALA. 
Además de la deuda, enfrentan otros desafíos, como la descarbonización, a fin de cumplir las políticas de sostenibilidad; la reforma del sistema de créditos de derechos de emisión (ETS), pendiente de aprobación, que encarecería los créditos y que en el caso de España podría provocar la pérdida de más de 4,5 millones de turistas internacionales en 2030, y, por último, el posible impuesto al queroseno, cuyo impacto sería similar al de los ETS, según datos de un informe de Deloitte.

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