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Comercio

Primark transforma la Gran Vía en el primer año de su megatienda

Las rentas en el entorno de la tienda han subido un 4,55% La saturación del área lleva la demanda comercial a nuevos espacios

Fachada de Primark en la Gran Vía.
Fachada de Primark en la Gran Vía.Pablo Monge

La mayor tienda de ropa en España cumple su primer año. Primark desembarcó en la Gran Vía en octubre del año pasado con un establecimiento de 12.400 metros cuadrados en cinco plantas, en un edificio que comparte con H&M, Inditex y Mango. Un estreno que en estos 365 días ha acelerado la transformación de una de las arterias comerciales más importantes de España.

“La tienda ha tenido mucha influencia en la Gran Vía”, explica Elena Fernández, responsable de retail en CBRE. “El tráfico de personas ha aumentado muchísimo”, añade. Y, pese a lo que se pensó en un momento de un posible impacto negativo sobre sus rivales en la calle, la experta asegura que esto se ha traducido en una mejora de ventas para las tiendas de alrededor.

La llegada de Primark a la Gran Vía, que ha atraído incluso a turistas y gente que llega de fuera de Madrid, ha convertido a la acera de los números pares de la calle a la que registra los mayores registros de paso peatonal de la capital, según David Barragán, responsable de retail en Aguirre Newman.

Sergio Fernandes, su homólogo en JLL, sigue la misma línea: “Está totalmente en alza”. Sin embargo, advierte de que existen distintos tramos muy diferentes en esta arteria. “No toda la calle es igual”. Así, el lugar donde se encuentran las grandes cadenas de moda, entre la calle Fuencarral y la plaza de Callao, es reconocido como la zona prime de la vía madrileña. Según la consultora, en lo que va de año las rentas han crecido un 4,55%, hasta una media de 230 euros por metro cuadrado al mes. Algunos grupos internacionales, como el caso de la japonesa Uniqlo, se encuentran a la espera de un hueco para poder entrar desde hace años, según Cristina Casanova, directora de retail de Savills.

En este tramo conviven las grandes firmas de moda, así como otras como Nike, desde este año también Adidas, Tous o Swarovski. Prácticamente todos los locales están llenos, incluyendo el reciente desembarco de la cadena de restauración estadounidense Five Guys, y los expertos ven difícil que haya una rotación de las marcas, salvo en alguna operación puntual. Tal es la demanda, que según Fernández, de CBRE, la renta de algún local está incluso superando a ubicaciones en la calle Preciados, tradicionalmente la más cara en alquiler comercial.

Pero el aterrizaje de Primark, a la vez, ha tenido un impacto negativo para algunos. Hay quien apunta que C&A ha sido la primera víctima de la llegada de la irlandesa a la Gran Vía. Por segmento de cliente, en ropa low cost, era la que más disputaba con Primark, aunque la empresa lo desligó de este hecho. La firma holandesa se limitó a señalar que “no era rentable”

Este local, de 2.500 metros cuadrados en el edificio de más reciente construcción de la Gran Vía, se encuentra ya en otro tramo de la calle, el que une Callao con Plaza de España. El nuevo inquilino está a punto de firmar, aunque todavía no se ha hecho público sunombre, y puede ser la primera piedra de la transformación de esta área.

“Es una zona que promete”, explica Fernandes, de JLL. El proyecto del Edificio España y la reforma de la Plaza de España pueden transformar el uso que se da a esta área, donde hoy en día se ven locales cerrados y, por el momento, tiene rentas más bajas que el entorno de la tienda de Primark, hasta los 140 euros por metro cuadrado de media, según los datos de Aguirre Newman.

Barragán, de esta última consultora, explica que en este espacio hay “varios proyectos a desarrollar”. Entre ellos, además del sucesor de C&A, se encuentra el próximo inquilino de los antiguos Cines Rex, en cuyo local se han interesado distintos grupos tanto de restauración como comerciales. El último en entrar en esta zona ha sido el Atlético de Madrid, que ha abierto una tienda oficial en el lugar en el que anteriormente se encontraba la tienda Así, que comercializaba muñecas, y que tuvo que cerrar a comienzos de l año pasado por el final de la renta antigua. Era uno de los últimos comercios tradicionales en la Gran Vía.

El gran cambio en esta zona de la Gran Vía puede llegar por el desembarco de firmas de moda. La saturación en la zona prime puede hacer que algunos grupos textiles se expandan hacia esta franja de la calle, más dedicada hasta ahora al ocio y la restauración. “La moda todavía es minoritaria en esa parte pero se irá extendiendo”, asegura Fernández.

La menor afluencia de tráfico peatonal en esta zona hace que muchas marcas prefieran elegir otra ubicación en la que situar su tienda, de ahí que el futuro desarrollo que tenga la plaza de España vaya a jugar un papel determinante. Hasta entonces, Casanova asegura que será necesario que “un gigante” apueste por esta zona y atraiga a más firmas de moda.

Algo más tímido es el cambio en el inicio de la Gran Vía, entre la calle Alcalá y Fuencarral. En una zona más ocupada por edificios oficiales e instituciones financieras, Barragán explica que “poco a poco la hostelería va ocupando zona comercial” y avanza que “existen varios proyectos”, al calor del desarrollo de la Operación Canalejas, que puede atraer a más turistas a esa área. Pero ni esta, ni el segmento hasta Plaza de España, alcanzarán, al menos en un futuro próximo, el furor comercial del entorno de Primark.

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