El director financiero gana peso dentro de las compañías
La mitad de los ejecutivos cree que su papel en las decisiones estratégicas ha aumentado en el último lustro.
El perfil profesional del director financiero de las compañías está cambiando. Ya no basta con que destaque por su destreza contable sino que se le exige cada vez más una participación activa en las decisiones estratégicas de las organizaciones. Así lo pone de manifiesto un estudio elaborado por CFO Research Services en colaboración con KPMG, que recoge opiniones de más de 400 altos directivos del área financiero de grandes empresas de todo el mundo.
Casi la mitad de los participantes en el estudio consideran que en la actualidad sus departamentos tienen una mayor implicación en las decisiones estratégicas que hace cinco años y el 62% espera que esta participación continúe aumentando hasta 2015. "Muchos encuestados comentan que la complejidad de sus empresas ha aumentado en gran medida y creen que una parte importante de su trabajo es ayudar al comité de dirección a entender las implicaciones de esta nueva complejidad en la rentabilidad de la empresa", declara Joaquín Yagüez, socio responsable de Función Financiera de KPMG España.
La función del director financiero no ha de limitarse a explicar la situación actual, sino que ha de anticiparse a los factores que mueven el negocio. Debe hacer las funciones de visionario, según se desprende de las opiniones de los directivos encuestados. El terreno en que estos profesionales se mueven con más soltura es en los procesos internos de financiación, tesorería, contabilidad y gestión de riesgos. Pero se muestran menos seguros al ir más allá y tener que hacer labores de planificación y elaboración de presupuestos y previsiones. La participación de los directores financieros en estas tareas en los últimos años se ha visto impulsada por el propio auge de las fusiones y adquisiciones previo a 2008 y a la crisis financiera.
Dificultad en la selección
No siempre es fácil encontrar a los mejores profesionales para los departamentos financieros, según relatan los participantes en el estudio. De hecho, hay problemas para reclutar los perfiles deseados. "Los profesionales que contratamos son excelentes contables de gestión y su fuerte es el gobierno corporativo, pero es posible que sean un desastre en prestar servicios de soporte en decisiones de negocio y en cuestiones conceptuales/analíticas", ha respondido un ejecutivo.
De hecho, en las algunas compañías se ha decidido dividir a los efectivos del departamento financiero que desempeñan tareas contables de quienes prestan asesoramiento en el negocio a los altos ejecutivos. No obstante, otras organizaciones consideran que esta política es un error porque provocar un aislamiento de los profesionales, según recoge el trabajo de KPMG. "Estamos observando que las habilidades tradicionales no se ajustan a los requerimientos necesarios tras un cambio en la función financiera", comenta Joaquín Yagüez. "Existen muchas oportunidades para aquéllos que sean capaces de ajustar las habilidades contables a la capacidad de ofrecer perspicacia y una buena comunicación, pero este tipo de profesionales no se encuentran fácilmente".
Según Yagüez, son las propias compañías las que en algunos casos dificultan la participación de los directores financieros en tareas de mayor valor añadido. Es el caso, por ejemplo, de la planificación y la elaboración de presupuestos. Para el responsable de KPMG, "no siempre se considera que el área financiera deba ser responsable de dirigir este proceso". En el estudio han participado directivos de más de 400 compañías de Europa, Asia y Norteamérica de los sectores de la industria, servicios financieros, química, energía, utilities y bienes de consumo.
Cómo mover complejas estructuras
Hay multitud de factores que actualmente impiden que los directores financieros tengan más peso en las decisiones estratégicas. Además de que muchos no tienen las habilidades adecuadas para ello, también juega en contra que las compañías cuentan con "sistemas y herramientas inflexibles, complicadas estructuras de colaboración interna" y que es "patente" la "complejidad de las organizaciones modernas", según el estudio de la firma de servicios profesionales KPMG.