Ericsson y Nokia piden medidas para salvar el futuro tecnológico en Europa
Esto llevaría a que se desregulase el mercado digital por parte de Bruselas
En un momento crucial para el futuro de la industria tecnológica europea, dos gigantes de la conectividad se han unido para hacer un llamamiento. Hablamos de Ericsson y Nokia (junto a otros líderes tecnológicos como ASML y SAP), que han organizado una cumbre en Bruselas bajo el lema “Nueva Ambición Industrial para Europa”. Esta tiene el objetivo de impulsar la digitalización de Europa y evitar que siga perdiendo terreno frente a Estados Unidos y China.
Se buscan medidas urgentes
La situación actual es, sin duda, preocupante. El informe Draghi, publicado en septiembre de 2024, revela una brecha significativa entre Europa y sus competidores en términos de inversión en I+D y formación de capital. Mientras que las siete gigantes tecnológicas estadounidenses invirtieron en 2023 una cantidad equivalente al 50% del gasto total en I+D de los sectores público y privado de Europa, las empresas del Viejo Continente se quedan atrás, con una diferencia de 450.000 millones de euros solo en tecnología. Esta disparidad se traduce en una desventaja de productividad del 20% anual, lo que pone en riesgo el liderazgo en el desarrollo de tecnologías de conectividad.
El mensaje de Ericsson y Nokia es claro: Europa debe actuar con urgencia para revertir esta tendencia. Para ello, es necesario implementar las recomendaciones de los informes Draghi y Letta, que se centran en fomentar la innovación, incentivar la inversión en tecnologías clave, permitir la ampliación y reducir la fragmentación.
Las propuestas de Ericsson y Nokia
Ambas compañías han desarrollado un paquete de medidas con las que tomar cartas en el asunto y mantener la competitividad en un sector de la economía que es, simplemente, clave. Algunas de las más importantes son las siguientes:
- Fortalecer la I+D y el acceso al capital, brindando apoyo a los campeones tecnológicos europeos.
- Aplicar prácticas comerciales justas y retirar propuestas legislativas perjudiciales, como la actual propuesta sobre Patentes Esenciales Estándar, para crear un entorno empresarial más favorable.
- Reducir y simplificar la regulación, creando un mercado único digital que facilite la inversión y el crecimiento.
- Establecer objetivos claros para el despliegue del 5G, incentivando la inversión en infraestructuras de conectividad.
- Implantar plenamente el conjunto de herramientas de seguridad 5G, incluyendo los vetos a empresas chinas con relaciones con el gobierno de Pekín, para garantizar la seguridad y la confiabilidad de las redes.
- Reformar las directrices sobre competencia, fusiones y adquisiciones para apoyar la consolidación del mercado y permitir que las empresas europeas compitan a nivel global.
- Alinear la conectividad con los objetivos ecológicos de la UE, promoviendo un desarrollo sostenible y responsable.
Börje Ekholm, presidente y CEO de Ericsson, y Pekka Lundmark, presidente y CEO de Nokia, han destacado la urgencia de la situación, subrayando que la competitividad europea está en juego. Si Europa no actúa con rapidez, corre el riesgo de quedar aún más rezagada en la carrera tecnológica global, lo que tendría graves consecuencias para su economía y su futuro.
Una reunión mirando al futuro
La cumbre en Bruselas ha sido un paso importante para concienciar a los líderes políticos europeos sobre la necesidad de tomar medidas concretas. Enrico Letta, ex primer ministro italiano y autor de uno de los informes que sustentan el llamado a la acción, ha manifestado lo positivo del liderazgo de Ericsson y Nokia en la movilización de la industria tecnológica europea. Ahora, la pelota está en el tejado de la Comisión Europea, que debe traducir las recomendaciones en acciones concretas para garantizar el futuro tecnológico de Europa.
Ericsson y Nokia han demostrado un compromiso claro con el futuro de Europa, liderando una iniciativa que busca impulsar la innovación, la inversión y el crecimiento en el sector tecnológico. Su llamado a la acción es una oportunidad para que Europa se posicione como líder en la era digital, creando un ecosistema tecnológico próspero y competitivo. Es hora de que los líderes políticos europeos tomen las riendas y trabajen en conjunto con la industria para hacer realidad esta visión y conseguir un equilibrio entre regulación y avance frente a la competencia.