Apple enfrenta una nueva demanda colectiva de desarrolladores debido a la App Store
Los denunciantes creen que existen prácticas de la compañía en su tienda de aplicaciones


Apple vuelve a estar en el centro de la polémica tras la presentación de una demanda colectiva por parte de desarrolladores de aplicaciones, quienes acusan a la compañía de Cupertino de ignorar deliberadamente una orden judicial que le obligaba a flexibilizar sus políticas en la App Store. Esta acción legal, liderada por la empresa Pure Sweat Basketball y el bufete de abogados Hagens Berman, busca que la firma de Cupertino compense económicamente a los afectados, por lo que consideran una violación intencionada de la sentencia dictada en el conocido caso contra Epic Games.
La raíz del conflicto se remonta a 2021, cuando un tribunal estadounidense ordenó a Apple relajar sus estrictas normas que impedían a los desarrolladores dirigir a los usuarios hacia opciones de compra fuera de la App Store. Esta medida pretendía abrir el mercado y permitir que se ofrecieran alternativas de pago más económicas, evitando así la comisión estándar del 30% que Apple aplicaba a todas las transacciones dentro de la tienda digital.

Sin embargo, debido a sucesivos recursos legales, Apple no tuvo que cumplir con la orden hasta el 17 de enero de 2024. Cuando finalmente lo hizo, implementó cambios que, según el tribunal, mantenían prácticas anticompetitivas. En concreto, Apple obligaba a los desarrolladores a pagar una comisión que oscilaba entre el 12% y el 27% incluso cuando los usuarios realizaban compras a través de enlaces externos, fuera de la App Store. Además, la empresa imponía restricciones como permitir solo un enlace externo por aplicación y mostraba mensajes disuasorios para evitar que los usuarios completaran compras fuera de su plataforma.
Una historia que se repite con una nueva demanda
La demanda colectiva, presentada en el tribunal federal de Oakland (California), estima que la conducta de Apple ha costado a los desarrolladores “cientos de millones, e incluso miles de millones de euros” en ingresos perdidos. Los demandantes exigen que Apple devuelva todos los beneficios obtenidos de manera ilícita y compense a los desarrolladores que ofrecieron compras dentro de sus aplicaciones a partir del 17 de enero de 2024 y hasta la fecha en que la compañía cumplió plenamente con la orden judicial.
El bufete Hagens Berman, que representa a los desarrolladores en esta demanda, ya logró anteriormente un acuerdo de 100 millones de dólares (aproximadamente 93 millones de euros) en otro caso relacionado con las comisiones de la App Store. Ahora, su objetivo es “obtener justicia” para los afectados por las prácticas de Apple, según declaró Steve Berman, uno de los abogados principales del caso.
Apple, por su parte, niega haber incumplido la orden judicial y ya ha presentado un recurso de apelación. Sin embargo, la presión legal y mediática sobre la compañía sigue aumentando, ya que enfrenta otras demandas tanto de consumidores como de organismos gubernamentales que cuestionan sus prácticas comerciales y su posición dominante en el mercado de las aplicaciones móviles.
Habrá que ver cómo afecta esto a Apple
Hay que tener en cuenta que no son pocos los desarrolladores consideran que la apertura de la App Store a métodos de pago externos debería haberse traducido en una mayor libertad y mejores condiciones económicas, pero la realidad ha sido muy diferente por lo que parece debido a las restricciones adicionales impuestas por Apple.

En cuanto al impacto económico, los desarrolladores afectados han tenido que seguir pagando comisiones elevadas a Apple, a la vez han asumido los costes de los procesadores de pago externos, lo que ha reducido aún más sus márgenes de beneficio. La demanda colectiva busca precisamente que la firma de la manzana mordida restituya estos ingresos y compense a los desarrolladores por el perjuicio sufrido durante más de un año de aplicación de políticas consideradas anticompetitivas.
La resolución de este caso podría sentar un importante precedente a nivel internacional y obligar a Apple a modificar sus políticas no solo en Estados Unidos, sino también en Europa, donde las autoridades de competencia ya han mostrado su preocupación por el control ejercido por las grandes tecnológicas sobre las plataformas digitales.