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¿Es posible detener el envejecimiento con un simple cosquilleo eléctrico en el oído?

La Universidad de Leeds investiga una innovadora terapia.

Tercera Edad.
Cinco Días

Mira que el ser humano lleva décadas buscando la forma de detener los efectos del envejecimiento con todo topo de soluciones e inventos... y no acaba de llegar. Lo más sencillo seguramente, lejos de problemas importantes, es cuidar la alimentación, hacer ejercicio, mantenernos activos (intelectualmente hablando) y pasarnos por la clínica para una terapia de cosquilleos eléctricos en el oído.

Dicho así suena a comedia, pero es cierto. La Universidad de Leeds está probando con pacientes una nueva terapia que, creen, detiene algunos de los efectos del envejecimiento, proporcionando una mejor calidad de vida a las personas que, de momento, han pasado por este tratamiento que, hay que decirlo, se encuentra en fase de pruebas.

El nervio vago, culpable

El fundamento de esta terapia está en los sistemas simpático y parasimpático de nuestra red nerviosa. Dos caras de una misma moneda que se centran en solucionar problemas distintos: mientras el primero dirige las llamadas "funciones inconscientes", como la respiración o la digestión, el segundo es al que acudimos cuando queremos dar una respuesta más intensa ante situaciones de lucha o huida. ¡Vamos!, es el que nos produce el estrés.

Terapia antienvejecimiento.
Terapia antienvejecimiento.Universidad de Leeds

El problema llega cuando con el paso de los años, es el sistema simpático el que va tomando el control y se produce un desequilibrio que lleva a acentuar los signos típicos del envejecimiento: mayor vulnerabilidad a enfermedades, funciones corporales irregulares, etc. Así que como habréis adivinado, hay que devolver el equilibrio mejorando la rama parasimpática pero, ¿cómo lo hacemos?

Pendiente que provoca el cosquilleo eléctrico en el oído.
Pendiente que provoca el cosquilleo eléctrico en el oído.Universidad de Leeds

Pues muy sencillo, estimulando el llamado nervio vago. Así lo creen los investigadores de la Universidad de Leeds, que han desarrollado un programa que tiene como objetivo estimular ese nervio neumogástrico a su paso por el oído, con un dispositivo que provoca un pequeño cosquilleo eléctrico. Dicho formalmente, se trata de una terapia de estimulación transcutánea (tNVS). Las pruebas llevaron a 29 voluntarios de 55 años a pasar durante dos semanas, 15 minutos al día, por este proceso. Y los resultados fueron muy, muy positivos.

La mayoría de los voluntarios devolvieron el equilibrio a esas dos ramas del sistema nervioso y reportaron que habían mejorado su calidad de vida significativamente, sobre todo en su estado de ánimo y calidad de sueño. Es más, las personas con mayor desequilibrio al principio de las pruebas fueron los que progresaron de una manera más clara y evidente por lo que parece que, de momento, la cosa funciona.

Esperemos que pronto se desarrolle un dispositivo capaz de estimularnos el oído para detener los signos de envejecimiento, ¿no?

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