Este cargador de coche eléctrico se esconde cuando no lo usas
Una empresa británica diseña un cargador telescópico que se puede plegar
Los cargadores de vehículos eléctricos poco a poco van poblando nuestras calles, aunque con cierta pereza, algo que sin duda los conductores están criticando a las autoridades competentes, que no introducen cambios en las ciudades al mismo ritmo que legislan. Mientras los cargadores de coches eléctricos van llegando poco a poco a las ciudades, los fabricantes siguen diseñando nuevas soluciones que se adapten mejor a las calles, como la que hemos conocido ahora. Un cargador que escamotea y desaparece de la calle cuando no lo necesitamos.
Ideal para aparcamientos comunitarios o individuales
Ha sido la startup británica Urban Electric la que ha desarrollado un novedoso sistema de carga que se puede escamotear o esconder cuando no lo necesitamos. Está pensado especialmente para los casos en que los usuarios cargan su vehículo en un parking comunitario o en la calle. De esta forma el nuevo cargador puede emerger desde el suelo con sólo invocarlo a través de una app de iOS o Android. De esta forma, una vez que el cargador ha emergido, podemos utilizarlo como cualquiera de los otros tradicionales para cargar el vehículo.
Una vez que ha emergido, este mide 875mm y ofrece una potencia de 5,8kW. Una vez que se ha cargado el vehículo, el cargado se repliega para no quitar espacio a la superficie del aparcamiento, ya sea comunitario o individual. Para la instalación de este cargador, sólo hace falta una profundidad de 405mm, ya que su diseño telescópico permite desplegar y plegar el cargador en un tamaño más reducido de lo normal. Este cargador sin duda es una buena solución para áreas residenciales, donde podríamos cargar los vehículos por la noche y no dejar rastro alguno del cargador durante el día, que se volvería a desplegar en el momento de la carga.
Urban Electric comenzará a instalar estos cargadores emergentes en Reino Unido dentro de poco, dentro de una prueba que cuenta con un presupuesto de unos 700.000 euros. Sin duda un sistema que podría tener una buena acogida entre el público residencial, que no quiere inundar sus barrios de postes de carga, que a la larga no quedarán tan bien en las calles. De todas maneras aún está lejos ese día en el que los cargadores eléctricos sean masivos en nuestros barrios.