Los Tesla se actualizan para evitar 'golpes de calor' en su interior
Como cada verano, el pasado agosto saltaban los titulares como 'cada año mueren 37 niños en coches aparcados al sol', de media, en Estados Unidos. Y la compañía que encabeza el desarrollo del segmento de vehículos de propulsión eléctrica ha puesto de su parte en la actualización más reciente del software de sus vehículos. Además de introducir mejoras en el sistema de conducción semi autónoma, ha aprovechado para lanzar esta novedad que impide los excesos de temperatura en el interior, mientras el coche está aparcado, pensando en los niños y mascotas que puedan quedar dentro.
Los vehículos de Tesla se actualizan por software para controlar la temperatura del interior cuando están aparcados al sol
Mientras que en el exterior la temperatura puede ser de 35 grados centígrados, dejar un coche aparcado puede suponer que en su interior se alcancen los 55 ºC en cuestión de minutos, según el RACC. Y a esta temperatura se producen problemas severos de deshidratación y otros perjuicios para la salud, que como cada año se advierte, puede provocar la muerte de niños y mascotas. Lo ideal es no dejar a nadie 'encerrado' en el interior de un vehículo, ni medio segundo ni dos horas, pero Tesla ha puesto su 'granito de arena'.
My favorite new feature is the always-on max temp control for keeping kids and pets safe from overheating.
— Elon Musk (@elonmusk) September 21, 2016
Ahora sus vehículos, tanto el Tesla Model S como los Tesla Model X, cuentan con un sistema de seguridad que se encarga de mantener el vehículo en un baremo saludable de temperatura interior. El sistema se conecta y desconecta a voluntad del conductor, pero activado puede estar funcionando durante un año sin cargar el vehículo. Es decir, que el consumo de energía es ínfimo y no juega en contra -de forma notable- de la autonomía de ninguno de sus modelos.
La cuestión es que este sistema aprovecha los sensores térmicos del propio climatizador para estar activo de forma constante. Tan pronto como se detecta un máximo de temperatura razonable, siempre por debajo de los puntos de riesgo para la salud, se activa la ventilación que corresponda. Y funciona tanto para temperaturas excesivas en frío como en caliente. Una función que, en realidad, podrían implementar prácticamente cualquiera de los vehículos actuales, como los de Tesla, con una sencilla actualización de su software.