Así son los nuevos mega-procesadores de Intel de diez núcleos
Los teléfonos inteligentes ya habían dado el salto a los diez núcleos con procesadores fabricados por MediaTek, y en el campo de los ordenadores había sido AMD quien había lanzado una propuesta de este tipo, pero finalmente Intel ha presentado también su nueva gama de altas prestaciones, enfocada a la realidad virtual y el 'gaming' más exigente, con diez núcleos. Se han presentado en el Computex y están englobados dentro de la 'Extreme Edition', con el Intel Core i7-6950X como micro procesador de referencia, el más alto de gama.
Intel da el salto a los diez núcleos con sus nuevos microprocesadores 'Extreme Edition', enfocados al gaming y la realidad virtual
No sólo de núcleos vive el Hombre, y en realidad Intel ya había ofrecido los procesadores más potentes del mercado sin tener que sumarse a esta tendencia, como sí había hecho ya AMD en sus modelos de mayores prestaciones. Y por otro lado, esta nueva gama de procesadores presume no sólo de 'cores', sino también de una frecuencia de reloj de 3 GHz, que en el modo Turbo Boost 3.0 es capaz de alcanzar los 3,5 GHz como frecuencia máxima. Además de esto cuentan con un diseño planteado para la ejecución de 20 hilos de trabajo de forma simultánea, algo que también está presente en los octa-core.
Las capacidades de estos nuevos micro-procesadores de máximas prestaciones pasan, por otro lado, por soportar también memoria RAM tipo DDR4-2400 y el 'overclock'. Encajados dentro de la familia Broadwell-E, por tanto, cuentan también con un proceso de fabricación de 14 nanómetros, lo que también los hace más eficientes y mejora el rendimiento en otros términos. Según cifras facilitadas por el propio fabricante, el tope de gama es el doble de rápido que la generación anterior en renderizado de gráficos 3D, y frente a un Intel Core i7-5960X ofrecen un 35% más de velocidad y un rendimiento un 25% superior en la edición de vídeo.
Como comentábamos, están planteados para la máxima exigencia especialmente en el campo del vídeo. Es decir, tanto entornos profesionales dedicados al trabajo sobre la imagen como el campo más ocioso, dedicado a altas resoluciones como 4K e incluso más, o realidad virtual. Para ello, cómo no, también tenemos que contar con hardware adicional que soporte estos estándares.