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Con la promesa de espiar las conversaciones ajenas, el usuario es finalmente suscrito a un costo servicio de SMS Premium

WhatsApp vuelve a ser utilizado como reclamo para una estafa

Aprovechándose del interés de algunos, ya sea por unos motivos u otros, por inmiscuirse en las conversaciones de amigos, familiares o parejas a través de WhatsApp, vuelve a surgir la amenaza de WhatsApp Spy, una conocida estafa que con la promesa de ofrecer una aplicación que de acceso a los mensajes de otros usuarios, en realidad, suscribe al que lo quiere utilizar a un costoso servicio de SMS Premium.

Con cerca de 500 millones de usuarios, WhatsApp es sin duda el cebo perfecto para intentar colar diferentes estafas y fraudes. WhatsApp Spy inició su andadura en 2012, pero fue a finales de 2013 cuando se extendía como la pólvora, sobre todo, gracias a la publicidad que aparecía en Facebook - quien ahora posee la conocida aplicación de mensajería -.

Esta actividad desmesurada y la cantidad de gente que picó en el timo dio como resultado que su fundador acabó detenido, lo que parecía el fin para este timo. Sin embargo, WhatsApp Spy, como indica la Policía Nacional desde su cuenta de Twitter, sigue actuando y aparecen de nuevo enlaces y publicidades ofertando la descarga de esta aplicación que no hace otra cosa que abonar al usuario a un servicio por el que paga 2 euros cada vez que recibe un mensaje, lo que puede acarrear costes de más de 40 euros mensuales.

¿Por qué existen esos servicios de SMS Premium y no se cierran con las primeras denuncias?

Cabe preguntarse como las autoridades siguen permitiendo la existencia de este tipo de servicios y la razón es que estos números son legales pero cuentan con un código de conducta que están obligados a cumplir. Es justo este ultimo elemento el que infringen estafas como WhatsApp, que utilizan artificios para engañar al usuario y conectarlos a sus servicios para, directamente, sacarles el dinero.

La Secretaría de estado de Telecomunicación y para la Sociedad de la Información (SETSI) es el organismo encargado de su control, y quien también actúa ante las demandas. Sin embargo, su saturación es tal que transcurre hasta un año, o incluso más, desde que se denuncia un número tras el que hay una estafa de SMS Premium hasta que éste es cancelado por la Comisión para la Supervisión de los Números de Tarificación Adicional.

¿Y el usuario estafado qué puede hacer?

La pregunta es ¿y en qué posición se queda el estafado? ¿qué debe hacer? Pues lo cierto es que pese a que la actuación de la justicia contra estos servicios existe, es lenta y en ocasiones, casi ineficaz cuando llega.

El primer paso sería cancelar rápidamente el servicio para dejar de recibir los SMS premium. Y es que pese a actuar bordeando la ley, dado que este tipo de servicios es legal en España, siempre hay un número bien visible para darse de baja. El segundo, ponerse en contacto con la propia operadora para bloquear el servicio e intentar reclamar, en primera instancia la cantidad reclamada.

Esto, habitualmente, no se queda aquí y es que las empresas de telefonía no suelen hacerse cargo de estos servicios, que por otra parte no dejan de ser responsabilidad de los usuarios por haber caido  en la trampa. El siguiente paso sería una denuncia en la SETSI.

En ese momento pueden ocurrir dos casos, que se acabe en un arbitraje de consumo en la Comunidad Autónoma correspondiente o reurrir a la demanda civil en el juzgado. Sea uno y otro el caso, lo mejor es acudir antes a asociaciones como FACUA o la OCU, o contar con la asesoría de especialistas o abogados que puedan guiarnos ya que el proceso puede ser largo y en ocasiones costoso, otra treta más que utilizan estos estafadores para salir indemnes.

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