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Para estar a la última

Conoce qué características debe tener tu nuevo televisor

Prácticamente lo primero que debemos decidir es si queremos un televisor inteligente o no, pues en estos dos grupos es cómo se dividen actualmente las televisiones. A estas alturas todo el mundo sabrá lo que conlleva poseer un Smart TV: navegación por internet, descarga de aplicaciones tanto de redes sociales como de servicios de vídeo y audio bajo demanda, recomendación de contenido… Es decir, un mundo de posibilidades que solo podremos experimentar gracias a un dispositivo como este.

La decisión es más o menos clara pues si vamos a dedicar mucho tiempo a ver la televisión o tenemos familia y niños que están todo el día pegados a ella, siempre será mejor optar al televisor inteligente ya que tendremos multitud de aplicaciones y servicios exclusivos para que se entretengan más, tengan su propio perfil con los programas que le interesan, etc. Por el contrario, si apenas vemos la programación diaria, nos bastará con un televisor de toda la vida, eso sí, con todas las conexiones y tecnologías necesarias para disfrutar y exprimir al máximo nuestro tiempo libre. No obstante, como ya os hemos hablado en SmartZona, existen multitud de dispositivos fabricados por grandes compañías capaces de emular un Smart TV a través de un puerto HDMI, una solución menos elegante pero que puede llegar a ser igual de efectiva si vamos a utilizar servicios al estilo de Youtube o la navegación por internet.

Hemos decidido si vamos a comprar un televisor inteligente o no, así que continuemos con el siguiente paso: ¿qué tamaño de pantalla quiero y qué resolución debe tener? Actualmente, los modelos que vais a encontrar en las tiendas serán HD Ready o Full HD. Nuestra recomendación y prácticamente la de todo el mundo con el que habléis, será comprar un televisor con Full HD 1080p por varias razones: la calidad de imagen cambia bastante pues estamos comparando una resolución de 1920×1080 píxeles por una de 1280×720, algo que se notará sobre todo en los canales que soporten vídeo en alta definición y también al jugar a la videoconsola. HD Ready soporta 1080i, una versión 1080 que “entrelaza” las líneas, refrescándose más lentamente que un televisor 1080p, por lo que apreciaremos un pequeñoefecto fantasma. Aquí os hemos hablado del nuevo estándar, el UHD o 4K, pero ahora mismo no están a la venta en cualquier sitio y, si lo están, será a un precio bastante alto (normalmente decenas de miles de euros).

Por otro lado, el tamaño dependerá de vuestras necesidades, algo que podréis palpar si vais a una tienda a comprar el televisor. Generalmente, un tamaño de 32 pulgadas está bien para un salón mediano pero, si podemos, optaremos por las 40 o 42 pulgadas, un cambio que se apreciará bastante si vemos la televisión algo alejados. Además, este incremento de tamaño no supondrá un aumento muy marcado en el precio.

Nos metemos en un terreno algo más técnico, la frecuencia de refresco. Básicamente este valor nos marca el número de imágenes que el televisor será capaz de mostrar cada segundo. Las compañías utilizan este número como reclamo publicitario ya que no es la primera vez que oímos que un televisor tenga 400 ó 600 hertzios, pero el truco está en que no son reales, es decir, la tasa de refresco aumenta gracias a unas herramientas de software, algo que mejora, pero no tan radicalmente como nos hacen pensar, la calidad de las imágenes.

Un valor de 120 Hz o 200 Hz reales, no CMR o MCI, es más que suficiente para el usuario medio, ya que por esos valores también se mueven los televisores 3D. No obstante, un mayor valor de esta tasa nos ayudará a ver las imágenes más claras, asegurándonos de que no existe efecto estela en el panel. Lo más recomendable es intentar ver una escena de acción en el televisor que vais a comprar (a las malas, conectad vuestro móvil o un pen drive y reproducid un vídeo) para cerciorarnos de que elegimos correctamente.

Acorde a lo que acabamos de hablar, debemos tener en cuenta el procesador de imagen del televisor porque tal vez tengamos un valor muy alto en la tasa de refresco pero el procesador sea de poca calidad y no pueda mover las imágenes completamente. Algo que, como os digo, será mejor comprobar por nosotros mismos.

Espero que os haya gustado y, si queréis saber más, no os perdáis la segunda parte del reportaje.

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