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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Diversificación y análisis de riesgos más allá de la IA

Ante lo inesperado de un nuevo año, el equilibrio y ciertas dosis de prudencia son apuesta segura

La inversión en Bolsa siempre supone aceptar dosis de riesgo y 2026 va a ser sin duda, una vez más, un año de valientes. La macroeconomía juega a favor de la renta variable, con la perspectiva de más crecimiento económico –apuntalado por tipos de interés bajos– y sólidos resultados empresariales. Pero el punto de partida es exigente, con los índices en máximos históricos, con la amenaza de pinchazo en la inteligencia artificial sobrevolando sin remedio el mercado –aunque la mayoría de los inversores prefieran mirar para otro lado– y con la geopolítica en agitación permanente por obra y gracia, en la mayoría de los casos, de Donald Trump.

La inversión en 2026 requerirá de un cuidado análisis de riesgos y oportunidades que va a diferenciar a los gestores más aguerridos de los más prudentes. Así, hay quienes siguen confiando en el potencial arrollador de la inteligencia artificial y mantienen la apuesta por los gigantes tecnológicos de Wall Street, inmersos en una carrera de inversiones multimillonarias. Y quienes optan por una posición más prudente, más alejada de los grandes nombres de la IA y con el foco puesto más en la periferia de esta nueva tecnología, ya sea en compañías tecnológicas de menor tamaño o en empresas tradicionales que ya dan un uso a la inteligencia artificial capaz de mejorar su productividad.

También están quienes prefieren a toda costa buscar la seguridad, incluso en la inversión en Bolsa. Las posiciones defensivas son la alternativa clara de quienes son más escépticos ante la fiebre de la IA y entonces dirigen el foco hacia la defensa –un sector sin duda al alza en su mundo cada vez más belicista–, las infraestructuras –en auge no solo por los centros de datos que requiere la IA, sino ante la expectativa del plan fiscal alemán o de la futura reconstrucción de Ucrania–, la salud –sector que ha quedado rezagado en los índices– y también la banca, estrella de la Bolsa europea en 2025 y que se va a beneficiar de los esperados movimientos corporativos del nuevo año y de economías en crecimiento. Se trata de sectores que, según confían los expertos, podrían aguantar mejor en caso de corrección por la burbuja tecnológica.

La Bolsa estadounidense parte como favorita en las carteras para 2026, pero los gestores también aconsejan la diversificación. En 2025 ha funcionado, con España o Corea del Sur como estrellas indiscutibles al margen de Wall Street. Ante lo inesperado de un nuevo año, el equilibrio y ciertas dosis de prudencia son apuesta segura.

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