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PREMIOS CINCO DÍAS A LA INNOVACIÓN EMPRESARIAL
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Todo cambia, menos nuestros principios

Creemos en la economía de mercado y en el Estado de bienestar, creemos en la dimensión social de las empresas. Y creemos en el periodismo independiente, riguroso, que resiste las presiones, que refleja la pluralidad

Este texto reproduce el discurso pronunciado por el director de este diario, Ricardo de Querol, en la gala de los XVIII Premios Cinco Días a la Innovación Empresarial celebrada en la noche del jueves en CaixaForum Madrid.

Es un honor y un placer volver a dirigirme a ustedes desde esta tribuna que ocupé en tres ediciones de estos Premios a la Innovación Empresarial en la década anterior. Es muy satisfactorio volver a celebrar que tenemos empresas españolas dinámicas e innovadoras, aunque no siempre reciban la atención que merecen. Me comprometo a que no sea solo por un día que ponemos el foco en ellas: me refiero a compañías como las que hoy serán galardonadas y muchas otras que desarrollan tecnologías con impacto en su negocio y en toda la sociedad, que cuidan la responsabilidad social y se interesan por el bien común, que se alían con las universidades para aplicar el conocimiento que producen los centros del saber en beneficio de la comunidad, y que han sabido ponerse en primera línea mundial atreviéndose a pensar a lo grande.

Desde la última vez que subí a esta tribuna hace siete años, las empresas españolas han seguido creciendo, abriéndose mercados a codazos, expandiéndose para generar valor para sus accionistas, claro, pero también empleo, actividad económica y, por tanto, bienestar para la sociedad. Por el camino se han atravesado momentos muy difíciles: si los años diez habían sido muy duros, con la Gran Depresión y la crisis del euro, en la presente década los actores económicos han tenido que lidiar con una pandemia mundial, con el atasco de suministros que le siguió, con la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, el gran conflicto que amenaza a Europa.

Y solo va media década: seguimos inmersos en una gran inestabilidad geopolítica, con focos de conflicto inciertos en Ucrania, Gaza, Sudán y veremos si Venezuela; presenciamos un intento de debilitar todos los foros multilaterales y tenemos unas relaciones comerciales condicionadas por caprichosos y volátiles aranceles que impone la administración de Estados Unidos. La irrupción de la inteligencia artificial es otro elemento disruptivo: abre oportunidades fabulosas para la economía y la sociedad, pero también está generando ansiedad en los ciudadanos, dadas las elevadas incertidumbres sobre su impacto social y en el mundo del trabajo.

Nunca he compartido la frase manida de “no es una crisis, sino una oportunidad”. Pero cada etapa de adversidad hace más fuertes a los que logran salir adelante. La economía española resiste todas las dificultades y crece a buen ritmo, a pesar de una situación política de gran fragmentación y elevada crispación, en la que parecen imposibles los pactos de Estado, incluso los que parecen más apremiantes.

Si la economía sigue fuerte es, en buena parte, gracias al empuje de sus empresas, de sus trabajadores y sus directivos, que están haciendo su parte. Del mismo modo, en un mundo que vive una sacudida geopolítica, son los buenos resultados empresariales uno de los principales sostenes de la actividad global, y explican la buena evolución de los mercados bursátiles a pesar de todas las advertencias sobre posibles burbujas.

En momentos tan inciertos para España, para Europa y para la humanidad, quiero reafirmar aquí algunos de nuestros principios, los que inspiran la línea editorial de Cinco Días. Creemos en la economía de mercado y en el Estado de bienestar; creemos en la dimensión social de las compañías; creemos en las reglas del multilateralismo que hacen del mundo un lugar más seguro. Creemos en el proyecto de la Unión Europea, que debe jugar un papel relevante en el mundo, y deseamos que avance hacia una mayor integración política y económica en la línea de los informes Draghi y Letta.

No creemos en el proteccionismo ni en la ley del más fuerte; no creemos en la intimidación desde el poder. Por supuesto, no creemos en la corrupción. Y creemos en el buen funcionamiento de las instituciones en el orden democrático, también de las que están obligadas a guardar su independencia. Creemos en el sistema de contrapesos que está en cuestión ante la deriva autoritaria de algunos de los países más relevantes del planeta. Y creemos en la transición ecológica frente a todos los intentos de que tiremos la toalla ante la crisis climática, cuyos efectos sufrimos con creciente severidad.

Decía que las empresas han pasado una crisis tras otra en este convulso siglo XXI. Y también lo han hecho los medios de comunicación, y también han salido adelante tras demostrar su capacidad de transformación. El decano de la prensa económica española, Cinco Días, ha cumplido 47 años en muy buena forma, revitalizado después de estrechar sus vínculos con EL PAÍS, el líder global de la prensa generalista en español.

Hemos desarrollado un modelo innovador para servir mejor a nuestros lectores y a la sociedad. Hemos creado el equipo de periodistas económicos más importante del mundo hispanohablante, una redacción rigurosa y experimentada, repleta de talento, que aúna el conocimiento experto de los especialistas de Cinco Días con la ambición, la potencia informativa y el impacto global de EL PAÍS.

Nuestro interés no es otro que el de los lectores, que tienen acceso entre las dos cabeceras a las exclusivas más relevantes, al relato más profundo de la actualidad y a las claves para entender el mundo en que vivimos. Un modelo que, desde la complementariedad, potencia la identidad de cada marca, en el que EL PAÍS ha reforzado su oferta editorial para una audiencia masiva en España, América y todo el mundo, y en la que Cinco Días se enfoca en satisfacer las necesidades informativas de las personas vinculadas al mundo de las empresas, la inversión y los profesionales.

Vivimos un tiempo de cambios vertiginosos, también para los medios de comunicación. Seguimos inmersos en la transformación digital, que es un camino que no termina nunca porque siempre tenemos que dar nuevos pasos. Si nos merecemos seguir contando con su confianza es porque innovamos en formatos y contenidos sin ceder un milímetro en nuestros principios. Renovamos aquí nuestro compromiso con la información valiosa, contrastada y útil para ustedes. Es nuestra misión irrenunciable.

Creemos, por tanto, en el periodismo independiente, riguroso, comprometido con los más estrictos estándares éticos, que resiste las presiones, que refleja la pluralidad y diversidad de nuestras sociedades. Y creemos también en las empresas que hacen bien al progreso de la sociedad, a las que reconocemos aquí en estos premios y queremos reconocer cada día en nuestra labor informativa.

Sobre la firma

Ricardo de Querol
Director de Cinco Días y subdirector del área económica de EL PAÍS. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16', y fue director de 'Tribuna de Salamanca'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).
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