La IA vuelve a estirar la lista de empresas que anuncian despidos
HP se une al grupo de grandes tecnológicas que tienen en marcha reestructuraciones de plantilla


HP, el histórico fabricante estadounidense de ordenadores personales e impresoras, anunció este martes un ajuste laboral que afectará a entre 4.000 y 6.000 empleados, cerca del 10% del total. De nuevo, el uso de la inteligencia artificial (IA) vuelve a situarse entre los motivos para reducir el número de trabajadores. De hecho, HP explicó que los ahorros que obtendrá, por un importe próximo a 1.000 millones de dólares, procederá del uso de las herramientas de IA en actividades como el desarrollo de productos, la atención al cliente, fabricación y ventas. El movimiento de HP llega pocos días después del anuncio del ajuste de Amazon, que afectará a 14.000 empleados de su plantilla corporativa. Precisamente, dentro de esta reestructuración, el grupo planteó un ERE para 1.200 empleados en España, en las oficinas de Madrid y Barcelona. También el gigante norteamericano del comercio electrónico y los servicios cloud tiene proyectos en marcha de implantación de la IA y automatización de procesos, que podrían afectar a más empleados en el futuro, y que continuarán su desarrollo.
El fenómeno no tiene lugar solo en EE UU. Grandes empresas europeas inmersas actualmente en procesos de amplias reducciones de plantilla han situado la automatización y la aplicación de las operaciones de la inteligencia artificial entre los argumentos para llevar a cabo el ajuste.
Con estas reorganizaciones, parece quedar claro que la presencia de la IA es cada vez mayor en el mundo laboral y su uso amenaza a un amplio número de puestos de trabajo.
En el sector tecnológico, no obstante, también hay voces que creen que las empresas están aplicando estos ajustes no solo para reducir plantilla, sino también para llevar a cabo una renovación de la misma. Es decir, dan salida a empleados que no cumplen un determinado perfil en la utilización de las nuevas tecnologías, para, posteriormente, contratar a trabajadores que sí tienen capacitación para emplear estas soluciones tecnológicas.
Es imposible poner puertas al campo. La IA trae consigo una auténtica e inevitable revolución laboral y abre la puerta a que las corporaciones mejoren la productividad y la eficiencia. Sin embargo, el coste social de esa transición debe medirse. Son pocos todos los esfuerzos que se hagan en formación y recolocación de los perfiles susceptibles de reconvertirse. Y controlar los excesos en los que se pueda incurrir con la coartada de esa nueva era.

