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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Telefónica decepciona al mercado con su plan estratégico

La ‘teleco’ deberá hacer más para recuperar la confianza de los inversores

CINCO DÍAS

Cuando un ejecutivo agarra el timón de una gran compañía y se encuentra con una situación complicada, lo más razonable es advertir al mercado cuando antes. El temido profit warning, el anuncio de que no se cumplirán los objetivos de rentabilidad prometidos, es un momento doloroso para cualquier compañía, pero un acto de responsabilidad cuando el escenario no es el deseado, el primer paso para enderezar el rumbo. Ha tardado 10 meses Marc Murtra, presidente de Telefónica desde enero, en comunicar al mercado las malas noticias, y lo ha hecho en la presentación del plan estratégico Transform & Grow, al tiempo que se publicaban los resultados trimestrales. Así que el mismo plan se ha convertido en un profit warning. Es una triste coincidencia, porque la merma de la rentabilidad para la compañía y los accionistas opaca cualquier otro mensaje. El mercado ha aplicado una dura corrección a la compañía, que perdió más del 13% de su valor en un solo día y se ha dejado más de un 18% en cinco sesiones.

El varapalo en la Bolsa responde a una evolución del negocio muy por debajo de lo previsto por los analistas y a la ausencia de avances hacia una operación de calado, como una fusión en Europa, que Murtra lleva meses vaticinando pero sobre la que no existe ninguna claridad, salvo que los posibles objetivos de una operación corporativa disparan sus propias valoraciones. Lo peor del plan no es que se reduzca el dividendo a la mitad en 2026, aunque esta medida es difícil para los accionistas grandes (Criteria/Caixa, la SEPI, STC, BlackRock o el BBVA) y pequeños, sino encontrarse en un negocio con raquíticos crecimientos orgánicos, cuando no caídas en sus cifras.

En particular, los inversores han encontrado muy decepcionante la evolución del flujo de caja libre, previsto entre los 2.900 y 3.000 millones de euros en el periodo 2025-28, al menos un 20% por debajo de las expectativas del mercado. La deuda se reducirá a un ritmo lento. Y el ebitda aumentará entre el 1,5% y el 2,5% anual en el periodo, un objetivo sobre el que hay dudas cuando este año está descendiendo.

Las telecos europeas viven momentos difíciles, porque los márgenes son muy estrechos y las necesidades de inversión son elevadas, pero el caso de Telefónica es de los más delicados. Murtra promete medidas “difíciles” en una empresa en la que, critica, había miedo a tomar decisiones. Se espera un ERE masivo y, quizás, una ampliación de capital. Pero Telefónica deberá hacer más para recuperar la confianza de los inversores.

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