El crédito al automóvil se atasca en Estados Unidos
Crecen los impagos y empiezan las quiebras de empresas del sector

Aunque la demanda de vehículos en EE UU se mantiene, la maquinaria financiera construida a su alrededor se está atascando. Los préstamos para la compra de coches se dispararon a raíz de la pandemia. Su saldo pendiente asciende a 1,7 billones de dólares, un 25% más que en 2019, lo que la convierte en la segunda categoría más importante de deuda de consumo tras las hipotecas, según Equifax y la Fed de Nueva York. Su duración media es de 68 meses. Las ventas de bonos respaldados por ellos alcanzaron 126.000 millones en 2024, nuevo récord, respaldado por un alza del 12% en los créditos a prestatarios con puntuaciones más bajas, según S&P Global.
Y han llegado las facturas. Los tipos de estos prestámos son del 11% de media, según Edmunds, y los pagos mensuales de los prestatarios son más de un 30% más altos desde 2020. Más del 5% de los prestatarios van atrasados en los pagos, según Lending Tree. La presión ya ha llevado al límite a algunos actores. El prestamista de alto riesgo Tricolor y el proveedor de piezas First Brands se han declarado en quiebra. Ambos dependían del fácil acceso a la financiación, ya fuera a través de deuda titulizada o financiación de proveedores, para seguir a flote.
Incluso los principales actores están sintiendo la presión. CarMax, el mayor vendedor de coches usados del país, no cumplió las expectativas de beneficios por la caída del volumen de unidades y de los beneficios por coche, lo que le ha hecho caer un 22% en Bolsa. Esto es lo más preocupante para el segmento medio del mercado. Los coches con un precio entre 20.000 y 40.000 dólares, que suponen la mitad de las ventas de usados, dependen de la financiación en el 80% de los casos, según Lending Tree.
Algunos sectores siguen a pleno rendimiento. La cartera de pedidos de Ferrari está llena hasta 2027 y los coches con un precio inferior a 15.000 dólares siguen siendo difíciles de encontrar, según Kelley Blue Book. Pero, para la mayoría de los compradores, la demanda depende del crédito barato. Con un precio medio de un coche nuevo de 48.000 dólares, o seis veces el saldo medio de los ahorros en EE UU, supone un esfuerzo cada vez mayor. Con el aumento de los impagos y los costes de los préstamos aún altos, los prestatarios y las empresas que se han construido a su alrededor afrontan un futuro más difícil.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

