Ir al contenido
_
_
_
_
Perfil
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Safra Catz, la leyenda de Silicon Valley que ha puesto a Oracle en la cumbre

La israelí deja el cargo de CEO del gigante tecnológico tras 11 años al frente y en un momento de gran fortaleza para la compañía

Safra Catz, nueva vicepresidenta ejecutiva de Oracle
Daniel Soufi

Las grandes máquinas necesitan rituales de arranque y apagado: secuencias, protocolos, tiempos largos para no autodestruirse. De igual manera, una gigante de Silicon Valley como la ya ex-CEO de Oracle, Safra Ada Catz (Holon, Israel, 63 años), deja el puesto tras 11 años para convertirse en vicepresidenta ejecutiva del consejo de administración, en un momento de gran fortaleza para la compañía.

La noticia ha llegado en plena racha de resultados espectaculares y cerca de una valoración histórica. Catz, que será sustituida por Clay Magouyrk y Mike Sicilia, explicó que aprovechaba el buen momento para dar paso a la siguiente generación de líderes. Por todo lo alto.

Durante su gestión, la compañía pasó de ser vista como una empresa de software tradicional a reinventarse como un actor central en la era de la computación en la nube y la inteligencia artificial. Su fortuna personal está valorada en 3.300 millones de dólares. En 2009, la revista Fortune la nombró la duodécima mujer más poderosa en los negocios, y Forbes la situó como la decimosexta mujer de negocios más poderosa del mundo.

Catz, casada y con dos hijos, está muy próxima al Partido Republicano. En 2016, de hecho, formó parte del equipo de transición de Donald Trump, y se especuló incluso con que podría ocupar cargos de alto nivel en su Administración. Durante años fue una de las pocas grandes figuras de Silicon Valley que asistía con regularidad a cenas y reuniones con el presidente, y fue ella la representante de Oracle en su cena con los reyes de las big tech en septiembre.

Catz nació en una familia judía. Su padre, de origen rumano, era físico nuclear, y su madre sobrevivió al Holocausto. Emigró a Estados Unidos con apenas seis años, cuando sus padres se establecieron en Brookline (Massachusetts). Desde pequeña demostró una determinación notable. Años más tarde reflexionaría sobre la necesidad de destacar: “Tienes que ser mejor; debes trabajar más duro, más horas, y hacerte oír”.

Estudió en la Universidad de Pensilvania, donde obtuvo en 1983 un título de Ciencias en su Wharton School, la prestigiosa escuela de negocios. Posteriormente, en 1986, alcanzó el título de Juris Doctor en la facultad de Derecho de la misma universidad. Con su flamante título de abogada, Catz inició en 1986 una carrera en la banca de inversión neoyorquina. Se incorporó a Donaldson, Lufkin & Jenrette (DLJ), una reconocida entidad de Wall Street. Ascendió hasta roles directivos; su trabajo consistía en asesorar fusiones y adquisiciones de empresas de software. Excolegas han señalado que destacaba por ser “brillante” y “dura como el acero” en las negociaciones.

A finales de los noventa, el entonces CEO de Oracle, Larry Ellison, buscaba talento con visión financiera para apoyar la expansión de su compañía. En 1999, Catz se mudó a Silicon Valley para unirse a la firma como vicepresidenta sénior, en pleno auge de las puntocom. Ascendió rápido: en tres años ya había sido nombrada miembro del consejo de administración, y en 2004 alcanzó el cargo de presidenta.

Compra de rivales

Uno de sus primeros grandes logros fue liderar la ofensiva para adquirir PeopleSoft, un rival en el mercado de software empresarial, a través de una opa hostil en 2003 por 10.300 millones de dólares, una de las mayores compras de la historia del sector. Este movimiento, dirigido en buena medida por Catz, catapultó a Oracle como segundo proveedor mundial de software de gestión empresarial, solo por detrás de SAP.

Durante la década siguiente, y bajo su supervisión, Oracle compró decenas de compañías, integrándolas para expandir su portafolio de productos. Ellison reconocía su habilidad negociadora. Ante situaciones difíciles solía bromear diciendo: “¡Envía a la israelí!”. En total, se le atribuye haber dirigido o supervisado cerca de 130 adquisiciones durante sus años en Oracle.

Al mismo tiempo, Catz impuso disciplina financiera. Al asumir el cargo de jefa de finanzas interina en 2005, tras el estallido de la burbuja puntocom, recortó gastos y frenó la cultura de derroche que había imperado en los 90. En 2014, Ellison dejó el puesto de CEO tras 37 años al mando. Para reemplazarlo, el consejo optó por nombrar dos co-CEO: Catz y Mark Hurd. Durante su liderazgo compartido, de 2014 a 2019, lograron estabilidad en Oracle pese a que la empresa afrontaba una transición difícil hacia la nube, campo en el que rivales más jóvenes –Amazon, Microsoft y Google– llevaban ventaja. Sin embargo, a finales de 2019 sobrevino un cambio inesperado: Hurd enfermó gravemente y se tomó una baja médica. En octubre falleció, dejando a Catz como única CEO. Bajo su liderazgo, la firma aceleró su reconversión en proveedor de servicios en la nube. Destinó enormes recursos a la construcción de centros de datos en todo el mundo y al desarrollo de una segunda generación de su plataforma cloud, más potente y compatible. También selló alianzas estratégicas con antiguos rivales, como Microsoft y TikTok.

Hacia 2023 se vieron frutos claros de la estrategia. Oracle ganó grandes contratos en el naciente bum de IA generativa: acuerdos plurianuales para proveer infraestructura a OpenAI, Meta, Nvidia, Uber y otros. “Oracle se ha convertido en el lugar preferido para las cargas de trabajo de IA”, presume Catz.

La compañía está registrando crecimientos espectaculares: en el primer trimestre del año fiscal 2026 (junio-agosto), los ingresos trimestrales alcanzaron 14.900 millones de dólares (un 12% más interanual), impulsados por un alza del 28% en los ingresos de la nube. La acción se disparó más de un 30% en un solo día tras anunciar proyecciones de crecimiento en la nube 10 veces mayores a cinco años. A mediados de 2025, la capitalización de Oracle rozó el billón de dólares, llegando incluso a superar momentáneamente a Tesla y situando a Ellison como el hombre más rico del mundo durante unas horas.

Catz ha sido una de las grandes líderes del sector tecnológico en las dos últimas décadas. Se retira de la gestión diaria con la misión cumplida y el respeto de la industria. Y, aunque se encuentre en el crepúsculo de su carrera, nadie puede descartar que aún tenga guardada una última jugada.

Medio billonaria en un día

El 11 de septiembre, tras presentar resultados que mostraban contratos de IA por 455.000 millones de dólares, las acciones de Oracle subieron casi un 40% en un solo día. En apenas seis horas de negociación, el patrimonio personal de Catz aumentó en torno a 412 millones.

Sobre la firma

Daniel Soufi
Colabora con distintas secciones de EL PAÍS desde septiembre de 2022. Además, ha publicado en medios como eldiario.es y la revista 'Yorokobu'. Graduado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid. Cursó el máster de Periodismo UAM-EL PAÍS en la promoción 2021-2023.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_