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El mercado se adapta a la nueva Reserva Federal (de momento)

El movimiento del dólar es más de ajuste que estructural

Ayer pudo ser el primer día de una nueva etapa de la Reserva Federal. Los ataques verbales de Donald Trump a Jerome Powell y las decisiones del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (no son unipersonales) han pasado a convertirse en acciones, concretadas en el intento de despido de Lisa Cook y en la entrada en la torre de marfil del banco central, un fortín de la tecnocracia, de un perfil heterodoxo, extremo y parcial, como Stephen Miran. Los bancos centrales son, en su mayoría, dependientes del poder político en sus nombramientos, pero independientes en sus decisiones; una paradoja que se suele resolver con diplomacia, datos y una abultada paleta de tonos grises. Stephen Miran, economista que aboga entre otras cosas por un default de la deuda estadounidense, es un elefante en la tienda de porcelanas. Ayer fue el único voto disidente, en una reunión en la que Powell logró el apoyo de los otros dos consejeros díscolos.

La ajustada aprobación de Miran en el Senado (por solo un voto) y los varapalos judiciales al despido de Lisa Cook (amparados aparentemente por una sentencia del Supremo de esta primavera) dan fe, en todo caso, de que la Casa Blanca no tiene en la Fed el camino tan abierto como en otras iniciativas. También los mercados han mostrado en ocasiones su incomodidad de los inversores ante la pérdida de independencia de la autoridad monetaria. Pero pasan página rápido y últimamente usan más las luces cortas que las largas. El euro encaramado a los 1,20 dólares no es tanto el reflejo de una duda estructural sobre el papel de Estados Unidos en el mundo financiero con una Fed teledirigida, sino una prevención sobre sus efectos más inmediatos. Con Miran en la silla de gobernador, más los dos votos discrepantes que ya formaban parte del consejo permanente de la Fed, el ruido sobre los tipos de interés va a aumentar, y la probabilidad de rebajas más agresivas, también. Con el BCE en pausa, los inversores que siguen expuestos a Bolsa de Estados Unidos tienen que aumentar coberturas, lo que presiona a la baja al billete verde. Y los especuladores ven en esta tendencia una vía para ganar dinero.

El movimiento es más de ajuste que estructural. Así, la relativa estabilidad del mercado de bonos es la mejor noticia para la Casa Blanca, y para la estabilidad financiera. De momento el nuevo consejo se ciñó al guion y ejecutó el recorte de un cuarto de punto que esperaba el mercado y el que señaló Powell antes de la tormenta Lisa. Pero fue solo el primer día.

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