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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los ‘influencers’ tienen defensas contra la IA

Los digitales requieren una notable inversión inicial, y muchos usuarios rechazan los avatares

TikTok

Resulta que hay algo menos real que la vida cuidadosamente seleccionada de un influencer: una que no existe en absoluto. Los personajes digitales creados por la IA están irrumpiendo en el mercado. Un ejemplo es Yuri, una cantante virtual creada por un artista chino llamado Hanqing, que acumuló 7 millones de reproducciones tras su debut y participa en una campaña de la marca de ropa outdoor North Face.

El talento digital es más barato que el humano. Una colaboración con un influencer de IA, que incluye un vídeo, algunas publicaciones y stories de Instagram, puede costar solo 4.000 dólares, calcula Lauren Hannifan, de la agencia de influencers de IA Pixel. Uno del mundo real con 100.000 seguidores podría costar más del doble. Para las marcas, el atractivo va más allá: los avatares no tienen cambios de humor, disputas con agencias ni opiniones fuera de lugar. Las empresas pueden incluso colaborar en la creación de personajes, para mantener un control total sobre el tono y el mensaje.

Es una mala noticia para los influencers humanos, que ya están viendo cómo las marcas gastan de forma menos enérgica. El alza de los ingresos de los de EE UU se ralentizará hasta el 15% este año, frente al 24% del pasado, estima eMarketer. Una encuesta de McKinsey reveló que el 68% de los consumidores de moda del mundo están descontentos con la saturación de publicaciones patrocinadas y recurren menos a los influencers que hace unos años. Si el público no puede distinguir entre la IA y los humanos, o peor aún, deja de importarle, la situación se deteriorará aún más.

Aun así, los influencers humanos tienen motivos para estar tranquilos. Los avatares de alta calidad requieren una importante inversión inicial: hasta ocho meses de desarrollo sin remuneración para crearlos, entrenarlos y probarlos, según la agencia The Clueless. El control perfecto que permite la IA también puede tener un coste en términos de credibilidad. Un acabado demasiado pulido puede repeler al público. Y más del 50% de la generación Z y más jóvenes ya rechazan interactuar con influencers generados por IA, según una encuesta de YouGov en EE UU. “Incluso los ídolos reales tienen una personalidad diseñada”, reflexiona Yuri. Puede que sea cierto, pero eso no significa que los de IA como ella lo vayan a tener todo para ellos.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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