Juvencio Maeztu, de llevar una tienda en Alcorcón a dirigir Ikea
El directivo español dirigirá Ingka Group, la mayor filial del gigante sueco, y será la primera persona de otro país en ocupar ese cargo
Es sabido que a los nórdicos les atrae el sur de España, por eso no resulta tan sorprendente que el gaditano Juvencio Maeztu (57 años) haya sido designado como nuevo consejero delegado y presidente mundial de Ingka Group, la principal empresa del grupo Ikea, que gestiona más de 400 tiendas en 31 países y concentra alrededor del 90% de las ventas globales del gigante sueco. Asumirá el cargo en noviembre; será la primera vez que un no sueco se ponga al frente de la multinacional, y lo hará en sustitución de Jesper Brodin, quien ha dirigido la compañía desde el año 2017.
El desafío no es menor. Maeztu tendrá que liderar Ikea en un contexto de tensiones geopolíticas, guerras y aranceles que complican la cadena de suministro y amenazan con poner en riesgo la seña de identidad de la firma: los precios asequibles. En su despedida, Brodin recordó que en los últimos años habían atravesado “bastantes tormentas”, pero afirmó sentirse “seguro de que la casa Ikea está en orden” y preparada para “despegar hacia el futuro con Juvencio”. Por su parte, Maeztu se mostró profundamente agradecido por la confianza depositada en él: “La profundidad de nuestra visión y nuestro compromiso con la asequibilidad y el bajo precio suponen mucho más que una idea de negocio”.
La historia de Maeztu en Ikea comenzó casi como una anécdota familiar. A finales de los noventa, acompañaba a su esposa, Carmen –empleada de la compañía y madre de sus dos hijos–, a las cenas de Navidad. En cada una de ellas, el jefe de Carmen le repetía la misma recomendación: “Tienes que entrar en Ikea”. En el año 2000, tras dejar un puesto directivo en una compañía madrileña, Maeztu dio finalmente el paso. Lo que empezó como una broma navideña acabó convirtiéndose en una de las trayectorias más sólidas dentro de la multinacional sueca.
Procede de una familia estrechamente vinculada a la vida pública y social andaluza. Su padre fue vicepresidente de Unicaja y delegado del Estado para la Zona Franca de Cádiz. Es, además, el único varón entre cuatro hermanos. Su hermana Beatriz lo describió en una entrevista como “campechano, cercano, noble y sobre todo muy auténtico”. Como buen gaditano, disfruta del carnaval y conserva el humor irónico y vitalista de su tierra: “Tiene lo que se dice el arte de Cádiz, te partes de risa con él”, añadió.
Ese carácter, unido a una sólida formación –licenciado en Economía por la Universidad de Cádiz y con un MBA del IESE–, ha sido clave para ganarse la confianza de colegas y equipos en diferentes países. La Universidad de Cádiz, donde se graduó en 1991 como parte de la primera promoción de Económicas, lo ha distinguido como exalumno honorífico por su recorrido internacional.
Su carrera dentro del grupo es un manual de ascensos a base de trabajo, paciencia y voluntad de asumir riesgos. Maeztu inició su trayectoria en la gestión al frente de la cadena de jardinería Fronda, donde trabajó durante siete años. En 2001 dio el salto a Ikea: comenzó como responsable de la tienda de Alcorcón y, apenas dos años después, inauguró el centro de Sevilla.
En 2006 aceptó un desafío que se alejaba de su formación: la dirección de recursos humanos de Ikea para España y Portugal. Aquel movimiento, explicó, respondía a su convicción de que la mejor forma de crecer es “hacer bien lo que se tiene entre manos y atreverse con nuevos retos”.
Tres años más tarde emprendió su carrera internacional. Fue subdirector de Ikea en el Reino Unido y dirigió la macrotienda de Wembley, la mayor del país. Allí consolidó una idea que repite a menudo: “No se puede liderar Ikea sin conocer de primera mano el día a día de las tiendas”.
En 2012 llegó su gran reto: abrir el mercado indio. Durante seis años, como consejero delegado de Ikea India, diseñó desde cero la entrada en un país nuevo, con la apertura del primer establecimiento en Hyderabad en 2018. Esa etapa lo marcó. Según contó en el periódico Abc, un encuentro con una mujer que vendía bolsos de plástico por apenas un euro le hizo entender que ofrecer precios bajos no era solo una estrategia comercial, sino una misión social. Desde entonces, se convirtió en defensor del “diseño democrático” de Ikea: pensar primero en las necesidades de la gente y después ajustar los costes.
En 2018, Brodin lo llamó a la sede de Leiden (Países Bajos) para nombrarlo director financiero y consejero delegado adjunto de Ingka. Desde ese cargo gestionó años convulsos –pandemia, disrupciones logísticas, inflación– con una combinación de prudencia financiera y disposición a arriesgar para crecer. Brodin, que lo considera su mano derecha, ha elogiado su “profundo compromiso con el negocio, las personas y el planeta”.
Hoy reside en Países Bajos, aunque mantiene un fuerte vínculo con Andalucía. Quienes han trabajado con él hacen hincapié en su estilo cercano y meticuloso. En la India llegó a preparar entrevistas investigando previamente a los periodistas. Él mismo insiste en que no se puede liderar desde una torre de marfil: hay que ensuciarse las manos en la tienda y escuchar a empleados y clientes.
Al frente de Ingka Group, Maeztu quiere reforzar la expansión en mercados clave como Estados Unidos, China y la India, impulsar formatos urbanos que acerquen Ikea “a diez minutos de cada hogar” y profundizar en la sostenibilidad y la digitalización. Su objetivo, dice, es hacer crecer Ikea sin renunciar a su esencia: crear un mejor día a día para la mayoría de las personas.
La trayectoria de Juvencio Maeztu ilustra cómo el empuje, el carácter y el buen ánimo andaluz pueden servir de escalera para alcanzar la cima de una de las marcas más reconocidas del mundo.
Oh capitán
Maeztu es también capitán de barco titulado y, siempre que su agenda se lo permite, regresa a la bahía de Cádiz para navegar. Allí encuentra un refugio personal que, como él mismo ha contado en entrevistas, le permite “mantenerse en el presente, sin que la mente vaya al pasado ni al futuro”.
Sobre la firma
