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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El culebrón de la opa finaliza en su terreno de juego natural

El veredicto está en manos de los primeros interesados: los propietarios del Sabadell

CINCO DÍAS

La gran batalla empresarial de los últimos años en España se aboca a una resolución que no será rápida, pero que se perfila mucho más clara hoy que hace un par de meses. En las primeras semanas del curso, los accionistas del Banco Sabadell decidirán si aceptan la propuesta del BBVA o mantienen el camino en solitario de la entidad catalana. La oferta se dirime en el terreno de juego más natural, el de la Bolsa, y el veredicto está en manos de los primeros interesados: los propietarios del Sabadell.

No ha sido un proceso sencillo: en primer lugar, por el largo análisis de las autoridades de competencia. La opa se presentó en mayo de 2024 y la CNMC dio su dictamen el último día de abril de 2025, tras un exhaustivo análisis del impacto de la operación y de las medidas de alivio propuestas por el BBVA. El Gobierno añadió varias vueltas de tuerca a estos compromisos para blindar el interés general, concepto cuya subjetividad no debe opacar el contundente efecto de esta concentración sobre los servicios bancarios, en particular para las pymes y en determinadas geografías. El BBVA pudo retirar la oferta por estas condiciones y no lo hizo. La pudo retirar por la venta de TSB, y tampoco lo ha hecho. Hablarán los accionistas.

La operación sale bien parada si se compara con la guerra por el control de Endesa, una operación que empezó judicializada y terminó con la dimisión del presidente de la CNMV. Pero tampoco ha sido un juego floral: la oferta ha sido hostil y su presentación, un tanto agresiva, teniendo en cuenta que el bancario no es un sector económico más. La industria ha pasado de tener decenas de entidades a apenas un puñado... Pero la última opa hostil en la industria data de 1980, y fracasó. El Banco Sabadell ha obstaculizado la operación, respetando (y a veces bordeando) el deber de pasividad requerido al consejo de administración. La venta de TSB es una potente carga de profundidad contra la opa, pero la operación ha sido avalada por una mayoría abrumadora del 98% del capital.

Estos mismos accionistas serán los que acepten, o no, la propuesta del BBVA. El mercado, de momento, contempla una mejora: en cuanto el banco comunicó que seguía adelante, se amplió la brecha entre cotización y oferta. También los analistas ven necesaria una mejora para garantizar el éxito de la opa. Le toca al BBVA rehacer cálculos con los nuevos elementos sobre el tablero, equilibrar intereses y plantear, ya en septiembre, la oferta sobre la que se decidirá el destino del sector bancario.

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