Los ricos de la India ponen a prueba la voluntad de apertura del país
Las autoridades pueden prohibir a los ciudadanos mantener efectivo en depósitos en el extranjero con bloqueos

El régimen de control de capitales de la India está renegando de su yo liberal más joven. El banco central podría prohibir a los ciudadanos residentes mantener depósitos en el extranjero con periodos de bloqueo. Ello aumentaría las restricciones a un sistema destinado a facilitar las transferencias al extranjero de hasta 250.000 dólares al año por persona. Es una forma poco óptima de abordar preocupaciones válidas, y revela una creciente preocupación por los flujos de salida. En 2015, el Banco de la Reserva de la India duplicó la cantidad que los indios podían enviar al extranjero en el marco de su plan de remesas liberalizado, sin restricciones sobre el uso final del dinero. Los indios gastaron 30.000 millones de dólares en el extranjero hasta finales de marzo.
Sin embargo, las restricciones se han ido acumulando. En 2020, Nueva Delhi introdujo un impuesto sobre las transferencias que reclama ahora el 20% de todas las transacciones de más de un millón de rupias (11.667 dólares), excepto los gastos médicos y educativos. Por su parte, un cambio normativo de 2022 obliga a repatriar o reinvertir los ingresos procedentes de la venta de inversiones en el extranjero en un plazo de seis meses.
Al banco central le preocupan los flujos hacia instrumentos más opacos, como criptomonedas. Sin embargo, los flujos de salida en el marco de su programa LRS, aunque casi se han duplicado en los cinco años transcurridos hasta el 31 de marzo, representan menos de una cuarta parte de las remesas que la India recibe de su diáspora de 35 millones de personas.
Las transferencias reales pueden ser mucho mayores. Los indios a menudo compran propiedades a través de empresas ficticias para eludir el límite. Este gasto se refleja en la inversión extranjera directa (IED) saliente, que creció un 74% interanual hasta noviembre. Todo ello contribuye a una sorprendente caída de la IED neta. Y ralentiza el objetivo de la India de aumentar sus reservas de divisas para asegurarse de que puede hacer frente a cualquier volatilidad futura de la moneda. Una opción que parecería menos un retroceso en el compromiso de apertura es vincular los límites de gasto a los ingresos declarados, como hace China. Tales restricciones confirmarían el creciente malestar de India por los flujos de salida, pero es un mal menor que complicar un régimen autoproclamado liberalizado.
Los autores son columnistas deReuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad deCincoDías.