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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La retirada polaca de Santander parece contraintuitiva

Los accionistas pueden preguntarse si han vendido en el mercado europeo adecuado

Sucursal de Santander en Varsovia.

Santander está dando la espalda a uno de sus mejores mercados. Ha vendido la mayor parte de su participación del 62% en su muy rentable filial polaca al austriaco Erste Group Bank por 7.000 millones de euros en efectivo. Ana Botín, presidenta ejecutiva, tiene sus razones, pero por ahora parece estar haciendo una apuesta contraintuitiva.

Polonia es un buen lugar para estar. Según el FMI, se espera que su economía crezca un 3,2% en 2026, más del doble de la media de la UE, que es del 1,5%. Santander negó hace tres meses que tuviera intención de vender su apurada división de Reino Unido, donde se espera que el crecimiento del PIB solo alcance el 1,4% en 2026. La filial polaca obtuvo en 2024 un ROTE (rentabilidad sobre el capital tangible) del 22%, por encima de la media del grupo, que fue del 15%, mientras que la británica solo logró el 9%.

Los accionistas se sentirán alentados por el hecho de que Botín esté vendiendo la participación polaca a un buen precio, más del doble de su valor contable tangible. Eso supone en torno al doble del nivel del propio grupo, incluso después del reciente repunte de los bancos europeos. Y casi la mitad del dinero, 3.200 millones, se destinará a recomprar acciones, una parte importante del programa de 10.000 millones anunciado a principios de año.

Pero sigue siendo una apuesta arriesgada que el resto del capital se pueda invertir mejor en otra parte. En enero, la reorganización de activos tenía más sentido. Santander, el último gran banco europeo con operaciones minoristas en EE UU, lanzó un banco online allí en 2024. Podría esperar utilizar cualquier fondo de reserva para buscar una adquisición tangible en EE UU que impulsara el crecimiento en un mercado que se espera que sea el motor en comparación con el resto del mundo.

Cinco meses después, ese razonamiento parece más inestable. La imprevisibilidad de Donald Trump y los nuevos temores a una recesión en EE UU hacen que los inversores globales estén reasignando fondos hacia Europa. Quizá por eso Santander está indicando que el resto de su tesoro polaco podría destinarse a tecnología y a adquisiciones “complementarias” en otros mercados, desde España hasta EE UU, pasando por Reino Unido o Latinoamérica. Esta estrategia podría funcionar: mercados como México, Chile y Argentina registran retornos del 18%-22%.

Aun así, los accionistas podrían preguntarse si han vendido en el mercado europeo adecuado y si deberían buscar mayores recompras. Botín solo dispondrá de su efectivo una vez se cierre la operación, a finales de año. Puede que le convenga esperar hasta que el panorama mundial se aclare.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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