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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La selección se abre paso en el sector tecnológico

El dinero fácil (en buena medida canalizado vía ETF) es cosa del pasado; es el momento de discernir

Una pantalla muestra la caída del mercado en el estudio de Nasdaq en Nueva York.
CINCO DÍAS

El índice Nasdaq, referencia en Bolsa de las grandes tecnológicas estadounidenses, no está cerca de recuperar los niveles previos al bombardeo arancelario ordenado por Donald Trump a principios de mes. La marcha atrás de la Casa Blanca ha suavizado el balance mensual de pérdidas para la renta variable, y en particular para este sector, pese a que las dudas sobre Estados Unidos como destino de inversión apenas se han despejado. A las tecnológicas, por el contrario, les hizo más daño la irrupción de la competencia china a los modelos de lenguaje de Silicon Valley: la mayor parte de la caída del Nasdaq desde los 20.000 puntos a los que cotizaba en febrero, un 15%, se produjo antes del 2 de abril, no después. El arranque de la temporada de resultados está sentando bien al índice, al igual que la aparente contención de la Casa Blanca en la guerra comercial y en su actitud ante la Fed.

Las cifras agregadas, de todos modos, no terminan de reflejar el cambio de contexto. Dos premisas asentadas en el mundo de la inversión, los sendos monopolios de Estados Unidos en los modelos de IA más avanzada y como destino natural de las inversiones, han sido puestos en cuestión en los últimos dos meses. El mundo es distinto hoy que a principios de año: Nvidia y Tesla valores considerados apuesta segura, pierden un 20% y un 30% en el año.

No son pocos los analistas que aconsejan a los inversores olvidar, en la medida de lo posible, el atronador ruido que llega desde Washington: Trump es impredecible y no hay manera de mover el dinero en función de su estado de ánimo. Ante la incertidumbre extrema (el Libro Beige de la Fed publicado esta semana repitió esta palabra 80 veces, el doble que en pandemia), aterrizar en los fundamentos más que nunca. Las caídas de la Bolsa pueden abrir la puerta a comprar acciones inflavaloradas. También en el sector tecnológico, después de varios años de monocultivo de un puñado de valores y una inercia alcista basada en unas premisas que han dejado de estar escritas en piedra.

DeepSeek ha atraído el foco del inversor hacia las empresas del sector tecnológico chino. Pero la ampliación del foco es más amplia, e inlcuye tamibén a europeas o de otros mercados. Y la mayor selección implica elegir, también, a las firmas mejor posicionadas dentro de los famosos siete grandes de EE UU; quien compró Tesla en enero de 2021 acertó, pero si aún no ha vendido, ya no gana nada. El dinero fácil (en buena medida canalizado vía ETF) es cosa del pasado; es el momento de discernir.

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