El acuerdo Nissan-Honda se enfrenta a grandes problemas en China
Donfeng y GAC, con las que las firmas japonesas tienen ‘joint ventures’, podrían ser un obstáculo para la operación
Si hay algo que los ejecutivos de Honda y Nissan tienen que arreglar primero cuando –y si– se fusionen, es su negocio en China. Las ventas del dúo japonés llevan años cayendo en el mayor mercado automovilístico del mundo. La unión de fuerzas les permitiría reducir costes, sobre todo en los nuevos vehículos eléctricos que necesitan para competir con rivales dominantes como BYD. Pero se trata de una unión lenta, y la postura de sus socios chinos en empresas conjuntas no es fácil de prever.
Nissan y Honda crearían primero un holding que cotizaría en la Bolsa de Tokio en agosto de 2026, momento en el que las acciones de ambas empresas dejarían de cotizar. Mitsubishi, propiedad de Nissan en un 34%, decidirá antes de finales de este mes si se une a las conversaciones.
En los 12 meses transcurridos hasta finales de marzo del año pasado, entre Nissan y Honda vendieron 2 millones de vehículos en China, según los datos de ambas. Esta cifra solo la superan sus operaciones en Estados Unidos. Pero es un tercio menos que cinco años antes. Y, como la demanda china está creciendo, su cuota de mercado combinada cayó más rápidamente, reduciéndose a la mitad, hasta alrededor del 8%. Mientras tanto, sus ingresos globales en 2023 cayeron un 95%, hasta 447 millones de yuanes (59 millones de euros) en la joint venture de Nissan con Dongfeng y casi un 90% en la de Honda también con Dongfeng.
Dado que esta trabaja con ambas, condensar las líneas de producción y las cadenas de suministro existentes parecería relativamente sencillo, en teoría. Honda también tiene una asociación con GAC, que podría estar dispuesta a considerar una separación de caminos. Existe un precedente: el grupo chino permitió a su antiguo socio, Mitsubishi, abandonar su empresa conjunta y adaptar algunas de sus instalaciones de fabricación a su propia marca de vehículos eléctricos, en rápido crecimiento.
Unas operaciones chinas más eficientes podrían ayudar a Honda y Nissan a recuperar terreno en el sector de los vehículos eléctricos. Las dos rezagadas están desarrollando una decena de modelos de coches eléctricos para venderlos en la República Popular. Dado que tienen una base de clientes similar, tras la fusión podrían centrarse en una gama de productos más pequeña y eficiente, con una mayor producción por modelo.
Sin embargo, los socios de sus joint ventures podrían convertirse fácilmente en un obstáculo. Los términos de las asociaciones son opacos, lo que hace más difícil juzgar si la reestructuración es realista. Incluso si Dongfeng y GAC están dispuestas, el proceso sería complicado y llevaría mucho tiempo. Encontrar compradores para activos como las fábricas excedentes podría ser difícil, dado el exceso de capacidad de la industria.
Además, la rapidez no es una de las prioridades de Honda y Nissan. No prevén fusionarse antes de agosto del año que viene. Y aún no han abordado el tema con sus homólogos chinos, declaró un ejecutivo de Honda a la prensa la semana pasada, reconociendo que tendrán que hablar “tarde o temprano”.
Con BYD y sus homólogos creciendo, los inversores esperarán que sea antes.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías