Los aranceles de Trump y la inflación mezclan mal

Las políticas del nuevo presidente tendrán efectos contraproducentes dentro y fuera de Estados Unidos

Donald Trump visita una planta de acero en Granite City, Ilinois.Joshua Roberts (REUTERS)

El segundo presidente de Estados Unidos y padre fundador del país, John Adams, dejó escrito que “los hechos son obstinados y cualesquiera que sean nuestros deseos, nuestras inclinaciones o los dictados de nuestras pasiones no pueden alterar el estado de los hechos y la evidencia”. Y tan obstinados son que después de 226 años Trump pretende repetir con la inmigración el mismo error de Adams, quien firmó las entonces mal acogidas Leyes de Extranjería y Sedición de 1798 para impedir que los inmigrantes se convirtieran en ciudadanos estadounidenses al aumentar los requisitos de residencia de 5 a 14 años y propiciar que aquellos que se consideraran “peligrosos” fueran encarcelados o deportados de los Estados Unidos. Trump ha manifestado que hay entre 15 y 20 millones de inmigrantes no autorizados en Estados Unidos de los cuales 8,3 millones forman parte de la fuerza de trabajo estadounidense, y se ha planteado deportar a un mínimo de 1,3 millones. Esta idea tiene un precedente en la operación Espalda mojada realizada por Einsenhower en 1956.

Además de ampliar las deportaciones y aplicar las leyes de inmigración, el nuevo presidente se ha propuesto subir los aranceles, modificar y ampliar la TCJA (Ley de Empleo y Reducción de Impuestos), reducir aún más los impuestos a las corporaciones y las pequeñas empresas, aumentar el gasto militar, fortalecer la seguridad fronteriza e incrementar el apoyo a la vivienda, la atención médica y los cuidados a largo plazo. También quiere poner fin a los impuestos sobre los ingresos por propinas, el pago de horas extras y los beneficios de la Seguridad Social. Estas medidas, según las estimaciones del Instituto Peterson de Economía Internacional y el Comité para un Presupuesto Federal Responsable, tendrán consecuencias adversas para el crecimiento, el empleo, la inflación y la deuda pública del país.

Asumiendo un escenario base para el periodo 2025-2040 con un crecimiento anual del PIB real del 1,9%, un aumento del empleo del 1,5% y una tasa de inflación del 1,9%, las políticas de Trump tendrán efectos contraproducentes dentro y fuera de EE UU. En el caso de las políticas más leves, es decir, un aumento de entre un 10 y un 60% en los aranceles y represalias sobre 1,3 millones de trabajadores, el PIB sería un 2,8% inferior al nivel de referencia de 2028, al final de su mandato, y se mantendría bajo hasta 2040. El empleo aumentaría en 2025 un 1,5% por encima del nivel de referencia, pero estaría por debajo un 2,7% al término de su legislatura y se mantendría un 0,4% más bajo en 2040. Por su parte, la inflación subiría a un 4,1% respecto de su referencia para 2026 y en 2028 los precios al consumo serían un 20% más altos.

En el escenario grave, es decir, el mismo aumento de los aranceles, medidas de represalias por parte de otros países, la deportación de 8,3 millones de trabajadores y la intervención para erosionar la independencia de la Reserva Federal, el PIB sería un 9,7% inferior al previsto en 2028 y el empleo aumentaría un 1,8% en 2025, aunque en 2028 estaría un 9% por debajo del previsto para ese año y un 3,4% más bajo en 2040. Deportar a 8,3 millones de trabajadores implicaría que el nivel o el valor en dólares del PIB de estados Unidos en 2028 se mantendría sin cambios respecto a 2024, de modo que no se produciría un crecimiento económico en EE UU en el segundo mandato de Trump. La inflación sería 7,4 puntos porcentuales más alta que la prevista para 2026, llegaría a un máximo del 9,3%, y los precios al consumidor se situarían un 28% por encima de lo previsto.

El otro gran impacto adverso es el crecimiento de la deuda pública. Cuando Trump asumió la presidencia ocho años atrás la deuda rondaba el 75% del PIB; hoy es del 99%. El déficit era de apenas el 2,9%; hoy es el 7%. Los tipos de interés oficiales al comienzo de 2017 eran del 0,8% frente al 4,25% actual. Unos hechos que van a limitar sin duda el margen de maniobra de Trump en este mandato, pues las nuevas medidas añadirían 7,75 billones de dólares a la deuda proyectada hasta el año fiscal 2035, por cuanto que el déficit aumentaría en 10,40 billones de dólares mientras que las medidas para reducirlo ascenderían a 3,70 billones procedentes de la subida de los aranceles prometida. Y a ello habría que añadir 1,05 billones de dólares de costes de intereses de la deuda, por lo que al final de 2035 esta llegaría al 143% del PIB. Como consecuencia, tres importantes programas de fondos fiduciarios estarían en vías de declararse insolventes en los próximos 12 años, lo que pondría en riesgo la jubilación y la atención médica de los estadounidenses y limitaría su capacidad de seguir actualizando su infraestructura envejecida.

El proteccionismo estadounidense, además, afectará con dureza a las empresas alemanas, especialmente a las automotrices y de ingeniería mecánica, grandes exportadoras, pues EE UU fue el socio comercial más importante de Alemania en el primer semestre de 2024. Y la UE tiene la intención de responder con aumentos arancelarios equivalentes. El Instituto Alemán de Economía (IW) ha calculado que Alemania se enfrentará a una pérdida del PIB de más de 127.000 millones de euros (a precios constantes de 2020) durante este nuevo mandato de Trump. Pero si ambas partes suben el arancel de importación al 20%, el coste para la economía alemana ascenderá a 180.000 millones de euros. De esta forma, el PIB alemán será al final del mandato de los republicanos un 1,5% menor del previsto en la actualidad, y hay que contar con que ese descenso influya en la economía de toda la zona euro.

Los intercambios, importaciones y exportaciones en términos de PIB de la economía estadounidense representan apenas un 25% frente al 63% del promedio mundial, por lo que Trump dispone de un cierto margen de maniobra para ejercer estas medidas proteccionistas. Más allá de ese margen dañará su propio lema electoral que reza: “Haz a América grande otra vez”.

Carlos Balado es profesor de OBS Business School y director de Eurocofín.

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