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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Open AI puede aspirar a una ‘OPV meme’

Es arriesgado cortejar a las masas, pero nada impide que Microsoft o SoftBank sigan invirtiendo en una cotizada

Sarah Friar, direcrtora de finanzas de OpenAI, en un evento de Reuters en Nueva York, el 10 de diciembre.
Sarah Friar, direcrtora de finanzas de OpenAI, en un evento de Reuters en Nueva York, el 10 de diciembre.Mike Segar (REUTERS)

Hay una solución lógica para la búsqueda perpetua de fondos de OpenAI: la madre de todas las OPV meme en 2025.

Pocas empresas han pasado de la oscuridad a la fama tan deprisa, pero OpenAI está muy lejos de convertir la popularidad en beneficios, en gran parte debido al coste de la potencia informática que se usa para entrenar y desplegar los grandes modelos lingüísticos. La firma había recaudado, según Pitch­Book, la friolera de 17.900 millones en septiembre, principalmente de Microsoft. Recurrió a inversores cada 11 meses en promedio, en comparación con una media de dos años para las startups de EE UU de IA y aprendizaje automático entre 2019 y 2024. La creadora de ChatGPT pronto volverá a por más: sus proyecciones internas implican unos números rojos acumulados de 44.000 millones entre 2023 y 2028, según The Information.

Su otrora mecenas Elon Musk se ha labrado un instructivo camino. Tesla, que empezó a cotizar en 2010, ha demostrado que se puede desafiar a la gravedad aprovechando el fervor de los minoristas. En 2020, por ejemplo, recaudó 10.000 millones en solo unos meses en medio de un frenesí bursátil protagonizado por sus fans. Incluso si los particulares no consiguen asignaciones en tales ofertas de acciones, su demanda mantiene los precios altos, y da a las instituciones la confianza para comprar.

La alquimia por la que las empresas captan la atención de los minoristas es, sí, misteriosa. Pero dar a particulares o clientes una tajada de cualquier OPV, como hicieron Robinhood y Reddit, ayudaría. También es un buen augurio que OpenAI ofrezca una apuesta pura por la IA, muy demandada a juzgar por el auge de Nvidia.

El principal obstáculo puede ser la poco convencional gobernanza: una filial con ánimo de lucro está controlada por una entidad sin él, con retornos de capital limitados. El fundador, Sam Altman, planea cambiar esa estructura, así que una OPV podría funcionar. Y en junio llegó como jefa de finanzas Sarah Friar, veterana de las OPV (NextDoor y Square, ahora Block). Es arriesgado cortejar a las masas, cuya atención podría ser efímera. Pero nada impide que Microsoft o SoftBank sigan invirtiendo en una cotizada. Y la OPV daría a Altman un plan de respaldo plausible si se agotan las fuentes actuales.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


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