Las claves del día: queda tiempo para que Bruselas se replantee la norma de emisiones de la automoción
El Ayuntamiento de Madrid anunció ayer que retrasa un año las sanciones a los coches más contaminantes
El Ayuntamiento de Madrid anunció ayer que retrasa un año las sanciones a los coches más contaminantes. Es un alivio para muchos conductores, aunque también un cierto fastidio para quienes se hubieran comprado ya un coche más ecológico: no son pocos los ciudadanos que se ven obligados incluso a endeudarse para tener medio de transporte para su trabajo.
Este aplazamiento se suma a otras marchas atrás aplicadas por las autoridades europeas en torno a la automoción. Es una forma de admitir que el calendario de la transición es demasiado rápido, tanto para la industria como para los bolsillos de los hogares. E presidente de la patronal española Anfac, Josep Maria Recasens, volvió a denunciar ayer que las cuotas europeas de producción de eléctricos exigidas para 2025 son incumplibles en muchos casos, salvo que se reduzca la de los de combustión. Dado el giro político en las elecciones europeas, y que gobiernos como el español han apoyado otros retrasos, no sería de extrañar una moratoria para la normativa de emisiones que entra en vigor el 1 de enero. Queda poco tiempo, pero cuando hay voluntad política, sobra.
IAG saca los dientes para defender su territorio
A IAG no le dejaron comprar Air Europa, por aquello del respeto de la libre competencia, pero no por ello va a dejar de defender su posición del 20% en la aerolínea española, que adquirió con unas esperanzas incumplidas. El conglomerado ha acudido a la ampliación de capital para protegerse ante el apetito de Air France. Los negocios, como actividad esencialmente humana (aunque a veces carente de humanidad) responden muchas veces a pulsiones muy básicas, como el instinto territorial. E IAG sabe bien que no puede dejar expuesto su mayor feudo, el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, desde donde domina el Atlántico Sur.
El impuesto energético y la importancia de asumir
El Gobierno de Pedro Sánchez parece ir asumiendo que el impuesto a las energéticas, que tanto revuelo y dolores de cabeza ha causado, podría no salir adelante. No es esta una asunción especialmente atrevida a la vista de los múltiples indicios que sus socios (interlocutores) han dejado en el camino de esta legislatura.
Por lo general, asumir sus incapacidades y carencias, ya sea en el trabajo o en la pareja, es sin duda un gran ejercicio que ahorra muchas decepciones. El problema es que cuando uno gobierna necesita tener el mayor margen posible para hacerlo. Y, claro, a fuerza de asumir que no va a poder aprobar un impuesto, asumir que no va a poder sacar adelante unos Presupuestos... puede acabar asumiendo que así no se puede gobernar.
La frase
Es un honor [ser la persona del año según la revista ‘Time’]. Quiero dar las gracias. He estado en la portada muchas veces. No sé quién tiene el récord. Pero probablemente solo puedo hablar bien del 25 % de las portadas, que son geniales. Las otras, simplemente prefiero no verlasDonald Trump, presidente electo de EE UU
El reconocimiento de la transformación lingüística y social española
El reconocimiento por parte de la RAE del término barista tiene implicaciones que van mucho más allá de lo lingüístico y se adentra en la misma transformación de la sociedad española. Esa que, acostumbrada al café torrefacto propio de un país pobre, ve cómo sus barrios se llenan ahora de cafés de “especialidad” que venden vistosos (y caros) productos con nombres completamente en inglés. Veremos si la RAE los acepta también. Y como dos noticias se entienden mejor juntas, el sector de los espirituosos, ante un año plano, advierte a la hostelería: “Hay que reflexionar si 14 euros por una copa es un precio de mercado”. O si un latte –café con leche– a cinco euros lo es, o si 5.000 euros el metro cuadrado lo son... y así un largo etcétera.