Lo que sea necesario
Hace unos 2,5 millones de años los primeros homínidos comenzaron a usar herramientas de piedra para cazar. En el siglo XV, Gutenberg y su imprenta cambiaron la sociedad y, tres siglos después, James Watt revolucionó el mundo y la industria con su máquina de vapor. La historia de la humanidad tiene sus cimientos sobre el poder transformador de la innovación. Hoy vivimos la Cuarta Revolución Industrial, marcada por la digitalización, el internet de las cosas, la inteligencia artificial y la computación cognitiva, el big data… En medio de esta imparable evolución tecnológica, Europa se encuentra en un punto de inflexión histórico para el que debe tener una respuesta.
La innovación es clave para crear un futuro mejor. Tiene el potencial de generar nuevas industrias, empleos y oportunidades, mejorar la calidad de vida, enfrentar desafíos ambientales, conectar al mundo y ofrecer una ventaja competitiva a las empresas. Es importante que Europa recupere su estatus como lugar atractivo para investigar y desarrollar. La fragmentación del mercado, la insuficiente escala de las empresas y la ausencia de un mercado financiero único dificultan alcanzar el nivel de financiación necesario para competir tecnológicamente con Estados Unidos y China.
El informe Draghi realiza un diagnóstico claro sobre la situación de Europa en el contexto económico global. En los últimos 10 años, el peso de Europa en la economía global se ha reducido del 22% al 17%. Mientras, el de Estados Unidos ha crecido del 22% al 26%, y el de China, del 8% al 17%. El peso de la industria en el PIB europeo también ha seguido descendiendo y está muy por debajo del 20% alcanzado a finales del siglo XX.
Mario Draghi, en su informe, afirma que Europa debe cambiar para mantenerse como líder en libertad y bienestar económico y social, y, recordando su frase más famosa −pronunciada en otro de los momentos más difíciles para la UE−, Europa tiene que hacer lo que sea necesario (“whatever it takes”) para conseguir posicionarse como un lugar atractivo para la innovación y poder competir con Estados Unidos y China.
En el sector energético, el reto no se queda atrás. Europa está protagonizando la transformación de su sistema a un modelo que prioriza la reducción de las emisiones, pero no siempre con costes asumibles. Desde Repsol, apostamos por desarrollar una transición energética inclusiva, que reduzca las emisiones cuanto antes, sin dañar la competitividad de nuestra industria y preservando el empleo. Para ello, es crucial fomentar la neutralidad tecnológica y contar con todas las soluciones posibles para la descarbonización, sin excluir ninguna de antemano. Solo así la innovación, la ciencia y la tecnología serán los impulsores de una transformación equitativa y justa.
Quiero agradecer a los premiados durante todas estas ediciones de los galardones por su afán por investigar. Pero, sobre todo, quiero seguir animando a todas estas empresas y emprendedores a que sigan apostando por la innovación como el único camino para contribuir al desarrollo de la sociedad. Nosotros, Repsol, también hemos visto reconocida nuestra decidida apuesta por la tecnología con el Premio Nacional de Innovación 2024 en la modalidad Gran Empresa, por nuestra capacidad innovadora en la transición energética y la descarbonización, reconociendo nuestra estrategia multinenergía como solución para una transición en la que confluyen los combustibles renovables, el hidrógeno renovable, las tecnologías de captura, uso y almacenamiento de CO2 o la mejora de la eficiencia energética mediante la tecnología y la digitalización.
Como ciudadano europeo, puedo afirmar que hemos vivido en el mejor continente del mundo. Para mantener nuestro bienestar, necesitamos crecer económicamente. Solo aumentando la productividad recuperaremos la competitividad perdida, lo que requiere de una reindustrialización.
Europa tiene la capacidad de innovar, la conciencia medioambiental y una oportunidad real para atraer inversión. Para ello, debemos simplificar la carga burocrática y establecer marcos regulatorios estables. Hay que hacer lo necesario para que la I+D y el desarrollo tecnológico se conviertan en más industrias y nuevas empresas. Vamos a trabajar para conseguirlo. Pueden contar con nosotros. Whatever it takes.
Antonio Brufau es presidente de Repsol